*De Juan Villoro: “La última vez que fui a misa, ¡sonó el celular del sacerdote!, y nadie pensó que Dios hiciera la llamada”. Camelot.

LOS IDUS DE MARZO

¿Qué fueron los idus de marzo?, pregunta un lector. Los idus de marzo obedecen al crimen traicionero a Julio César, y a la leyenda: Cuídate de los idus de marzo. Aunque los idus eran una celebración en la antigua Roma, se marcó como los tiempos tenebrosos de aquel crimen que la humanidad no olvida, desde el lapidario: ¿Tú también, Brutus?, de César a su ahijado y pupilo. Era el año 44 A.C. ‘Iba a pasar en silencio las espadas que se clavaron en el príncipe, cuando Vesta me habló de la siguiente manera: No dudes recordarlo; aquel era mi sacerdote. Manos impías fueron a buscarle armadas, Pero yo quité de en medio al hombre y no dejé más sino su imagen. La sombra de César fue la que sucumbió al hierro. Conspiraron contra él más de sesenta personas, siendo los cabecillas de la conjura Gayo Casio, Marco y Décimo Bruto. Dudaban primero si, divididos en dos grupos, unos lo arrojarían del puente mientras llamaba a las tribus a votar durante las elecciones en el Campo de Marte y otros lo recogerían abajo para matarle, o si le atacarían en la Vía Sacra o al entrar al teatro, pero, cuando se convocó al Senado para los idus de marzo en la curia de Pompeyo, no dudaron en preferir esta fecha y lugar. Empero, prodigios evidentes anunciaron a César el asesinato del que iba a ser víctima’. Hubo algunos presagios. Cuenta la historia que Julio César tuvo varios. En uno, ‘vio que las manadas de caballos, que había consagrado al río Rubicón al atravesarlo y dejado sueltas y sin guardián, rehusaban obstinadamente el pasto y vertían abundantes lágrimas’.

EL SILENCIO ES ORO

No tarda y llega noviembre, el mes de mi cumpleaños y el que liquidaron a JFK en Dallas; el año se va muy rápido, lleno de violencia por doquier. Un año va a terminar con la numeralia de los crímenes que no terminan de contarse, mas sobre las mujeres, esos feminicidios que los Uber y compañías cometen en sus criminales choferes, que debían brindar seguridad a las damas, y encuentran algunas la muerte. Crápulas que debían ser pasados por las armas, como en la Revolución. ¿Qué es el silencio y qué de cosas guardan sus susurros? En la cinta de Cuarón, ‘Gravity’, el muchacho guapo de la película, George Clooney, pregunta a la muchacha guapa de la cinta, que es lo que más le gusta del espacio: ‘El silencio’, respondió cual alumna aplicada. Del silencio han escrito bardos y poetas. Al silencio han llegado algunos, otros no. En una mesa no de cantina hay cuatro contertulios hablando, tres parlan, el otro solo escucha, es el más inteligente y listo de todos. Uno puede ser esclavo de sus palabras y dueño de su silencio, dijo el General Franco emulando frase de alguien más listo que él. Lo relató Raúl del Pozo: “El secreto es poder y el Vaticano enseña que quien sabe no habla, y quien habla no sabe. Yo nunca digo demasiado”. Existe una vieja canción del tiempo del rock: ‘Silence is Golden’, el silencio es oro: “En el silencio, yo podré sentir lo que el silencio vale para ser feliz. No quiero hablar, el silencio es mejor”.

LOS SILENCIOSOS

Hay muchos políticos en Veracruz que ahora guardan silencio. Ignoro si tienen prohibido el hablar o comunicarse en clave Morse, o a señas o con bolas de humo como los Sioux, que lo hacían así aunque quizá calladitos se ven más bonitos. Ahora, como siempre, hay tiempos de lealtades, tiempos que los que gobiernan deben saber que derroteros lleva el viento, y si se puede luchar en contra de él. Un ejemplo de ello, de las emboscadas y traiciones, lo dijo Winston Churchill en su primer día en la Cámara de los Comunes. Alguien dijo a Sir Winston, señalando a los bancos de los laboristas:

“Qué alegría, estar aquí a su lado, con el enemigo frente…”

“No se confunda, joven –replicó Churchill–; los que tiene usted frente son los laboristas, que son sus adversarios. Los enemigos los tiene usted aquí detrás, en su propio partido”.

UNA DE BEISBOL

Andan los Yankees luchando por meterse a la Serie Mundial, y los Dodgers por igual, aquellos grandes duelos cuando Fernando Valenzuela los enfrentaba en la carpa grande. Mucho después de la Maldición de Babe Ruth. Va la historia. En 1914 Boston fichó a un jugador de 19 años llamado George Herman Ruth, le pusieron Babe por chamaco. Con él ganaron las Series Mundiales de 1915, 1916 y 1918. Al mercader dueño se le ocurrió venderlo a los Yankees de Nueva York, sus eternos enemigos. Ese año Ruth pegó 29 jonrones y marcó un record. Con Yankees en su primer año, lo puso en 54 y ganó varios títulos. Cuenta la leyenda urbana que Ruth los maldijo, pero no fue cierto, lo maldijeron, al dueño, la afición, llegó Boston a cuatro finales y las cuatro las perdieron, crecía la leyenda, hasta que 74 años después, en 2004, ganaron el título ante Yankees, en ese viejo estadio de Boston, el Fenway Park, el más viejo de la liga, más viejo que Kamalucas, un filósofo de mi pueblo. Los túneles que conducen a los dogauts están generalmente mojados, y los mosaicos crujen. Como la mayoría de otros viejos parques de béisbol, es limitado y también un poco incómodo, 35 mil espectadores. Esos otros viejos parques han desaparecido, pero Fenway todavía está allí.

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