Alguien le comenta: “¡Qué chingón discurso te echaste en Pánuco! ¡Felicidades! ¡Sonabas como candidato!” No era para menos, cuando tomó el micrófono, parecía que estaba desenterrando el hacha de guerra, y no lo decimos porque allá, en Pánuco, gobierne el Apache, como le dicen a su alcalde Ricardo García Escalante, sino porque más que un discurso, era una arenga antes de iniciar la batalla rumbo al 2018.
Para algunos, ese discurso era una especie de “destape” como candidato de Héctor Yunes Landa. Un discurso fuerte, inspirador, motivacional, y sobre todo, dado en uno de los municipios emblemáticos de la “deslealtad” como es Pánuco.
Otros ven a Héctor Yunes como todo un General al frente de batalla, capaz de confrontar no sólo a un Gobernador al tú por tú, sino a su hijo, alcalde de Boca del Río y precandidato a la Gubernatura vía el PAN… claro, así lo ven los Pepistas que tienen en Yunes Zorrilla a su Comandante Supremo. Es decir, hay quienes consideran que Héctor Yunes Landa igual podría ser un excelente jefe de campaña para el de Perote, en caso de que éste fuera el candidato. Una especie de “Policía Malo y Policía Bueno”; “yo pego, yo recibo para que tú no entres en broncas”.
Otro amigo me comentó que si no sería excesivo o fuera de lugar que Héctor sea el candidato cuando apenas en el 2016 había competido… no es que uno esté a favor o en contra de, simplemente se trata de ubicar pros y contras, y ya teníamos un “Contra”; el punto a favor de Héctor, de manera simplista, se puede reflejar en el caso de su primo Miguel Ángel Yunes Linares, quien en 2010 compitió por la Gubernatura y pierde, y seis años más tarde vuelve a competir y gana. ¡Claro! No es que sea regla en política que la perseverancia te lleve al triunfo, y de eso nos pueden hablar Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador.
El mismo amigo me decía que había una gran diferencia (Su “contra”), bueno, más bien una diferencia de seis años contra dos en ambos escenarios. El “pro” fue que si bien era cierto, Héctor ya tenía camino recorrido, venìa trabajando en gestoría, moviéndose en el estado con sectores y en el Altiplano con diversas autoridades del ámbito federal, siendo el último el director de la Comisión Federal de Electricidad, Juan Francisco Hernández Martínez, a quien ha llevado el tema de los vecinos aledaños a la planta nucleoeléctrica Laguna Verde, a los que les cobran un ojo de la cara por el servicio y todo eso lo ayudaban a llevar su apellido a ser una marca reconocida en todo el estado… el “contra”, es que Pepe Yunes Zorrilla igual viene trabajando en la misma tesitura que el choleño y su apellido igual, es marca política.
Ambos, el amigo y yo, dejamos en paz a Héctor y Pepe, y concluimos en algo: ¿Qué es lo mejor para el PRI y qué tipo de candidato tendría que llevar el PRI para poder competir?
La respuesta inmediata coincide en la unidad, lejos de casos de “secuestros” (el berrinche de Carvallo, dixit Lorena Piñón) y evitar las “designaciones” que parecen más dedazos del Altiplano y por ende, romper con los centralazos; además, generar la autocrítica al interior del partido, sin llegar al extremo de lo que llaman “corrientes críticas” que más parecen “críticas corrientes”.
Hasta ahí vamos bien… ¿y el candidato? Para un PRI que funge como Oposición en Veracruz, con un Gobernador con estilo “Peleador del Bronx”, con un potencial candidato del PAN que copia el estilo de su padre, se concuerda que el PRI pudiera optar por un candidato de similares condiciones… o peor… o mejor… de acuerdo a la perspectiva de cada quién.
Pero bueno, esto no resuelve nada, al final, falta tiempo para que el PRI escoja candidato, que a diferencia de otros partidos como el PAN, o Morena, tiene dos opciones o hasta una tercera… y habrá que esperar qué diga este lunes Héctor Yunes Landa, cuando en su twitter (el cual, por cierto, anda muy activo) cita esta tarde de domingo: “No busquen alas a los tlacuaches; mañana, mi posición frente a 2018”.
Nomás recuerden que cuando alguien le comenta a Yunes Landa que durante su discurso en Pánuco sonaba como candidato, la respuesta de él, a las carcajadas fue: “¡Chin! Esperaba sonar a Gobernador! ¡Jajajaja!”
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