¡Qué Serie Mundial de alarido presenciamos este 2017!, por algo es el Rey de los Deportes. Desde aquellos históricos clásicos que protagonizaron los Atléticos de Oakland de manera consecutiva contra los Rojos de Cincinnati, Mets de Nueva York y Dodgers de Los Angeles, respectivamente los años de 1972, 1973 y 1974, y la de 1988 contra estos últimos también, la pelota caliente reafirma su calidad en el top de los deportes al menos en la Unión Americana.
Los aficionados que pasan del medio centenar de años sobre sus espaldas, seguramente recordarán a los bigotudos de los Atléticos de la bahía de San Francisco comandados por Dick Williams, secundados por el excéntrico dueño Charles O’Finley. Y es que cómo no vamos a recordar a aquellos uniformados de verde botella a rayas, todavía con las clásicas medias de tirante visibles desde las espinillas, gorras de corte antiguo y los jugadores con bigotes relamidos tipo Salvador Dalí, así como patillas largas que nos hacía recordar a los beisbolistas de finales del siglo XIX. Qué equipo este de los Atléticos con Jim ‘Catfish’ Hunter, Ken Holtzman, Sal Bando, Vida Blue, Reginaldo Martínez Jackson, alias Reggie Jackson, el sensacional relevista Rollie Fingers, el segunda base Dagoberto ‘Bert’ Campaneris, Joe Rudi y nuestro paisano Horacio ‘el Ejote’ Piña, en fin, un equipo que recordamos gratamente.
Tremendas las series que protagonizaron en contra de los Rojos de Cincinnati del inolvidable Johnny Bench, del cubano Atanasio ‘Tani’ Pérez y del pundonoroso Pete Rose, tercera base de época al que ya se le debió haber levantado el castigo por su afición a las apuestas y ya lo debieron haber ingresado al Salón de la Fama de Cooperstown, en donde debió estar más que merecidamente desde hace muchos años, lo que haya sido, pero ver jugar a este hombre ‘pelos necios’, fue una de las cosas que recuerda uno gratamente por su categoría de jugador non.
Bueno pues esta Serie Mundial tenía un sabor especial. Por una parte estaban los californianos que desde 1988 no se hacían presentes en un clásico de otoño y, por el otro lado, estaban los Astros de Houston, el equipo texano, de las franquicias ‘más nuevas’ del béisbol organizado de los Estados Unidos, que comenzó jugando en la Liga Nacional y a partir de la década de los ochenta pasó a formar parte de la división este de la Americana. Entre paréntesis vale la pena recordar a aquel ‘viejo’ estadio en el comenzaron jugando los de Houston, el Astrodome, construido en la década de los sesentas para ser la casa del equipo de la capital petrolera estadounidense, al que se presumía como la ‘octava maravilla del mundo’, y lo que son las cosas, ese estadio ya fue derruido.
Total, que fueron siete juegos de locura, que mantuvieron al filo de la butaca a los millones de aficionados que tiene el mejor béisbol del mundo en todo el universo beisbolero que incluye por supuesto a México, a Canadá, el Caribe (Islas Vírgenes), Centroamérica, buena parte de Sudámerica (Colombia, Venezuela, Brasil y Surinam) y en Europa a la fanaticada de países beisboleros como Italia y Holanda, y por supuesto a asiáticos como Taiwán, Corea del Sur, Japón y en Oceanía como Australia, en donde aunque usted no lo crea se juega un béisbol de primera. La cosa es que esta serie creó muchas expectativas. En lo personal digamos que el corazón lo tenía con los Dodgers, pero la razón me decía que los Astros era un equipo superior hombre por hombre, y digamos que no me equivoqué en mis presentimientos, ganaron los texanos porque simple y sencillamente fueron mejores.
Queda para la historia el quinto juego de la serie. Un partidazo de volteretas que ganaron los texanos 13 a 12. Los puristas del béisbol dirán que eso no es necesariamente buen béisbol, que fallaron los relevos y que un partido de muchas carreras a los únicos que satisface es a los villamelones que no saben lo que es un duelo de pitcheo de 1-0, por ejemplo. Me gustan los duelos cerrados, en donde los pitchers son dominadores, pero un partido de batazos largos, de corrido de bases, de ¡25 carreras!, claro que se agradece, más si llegas a la novena con el score empatado a 12 carreras por bando. Finalmente se impusieron los Astros de manera más que merecida, su primer campeonato en la historia de la franquicia, y los Dodgers la verdad es que hicieron una muy buena serie, ni modo, a ver si el año que entra repiten la dosis.
¡Banquetazo!
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@marcogonzalezga