Cientos de activistas y partidarios de los gays marcharon el domingo en la capital de la India, muchos de ellos vestidos con ropa colorida y sosteniendo globos en señal de celebración, aunque también de desafío en un país donde la homosexualidad se castiga con la cárcel.
Una ley en la India castiga las relaciones homosexuales hasta con 10 años en prisión.
Mientras la gente cantaba y marchaba al ritmo de tambores durante la 10ma marcha anual del Orgullo Gay en Nueva Delhi, muchos se decían frustrados con la ley pero también esperan que cambie pronto.
Tish Anand usaba una peluca que según él estaba inspirada por el personaje de Disney Channel, Hannah Montana. Dijo que cantaría y bailaría, siempre y cuando no se tropezara con sus tacones, pero se sentía frustrado con las autoridades.
No puedo entender por qué las autoridades criminalizaron el amor”, afirmó.
Manak Matiyani, uno de los organizadores, dijo que su educación y su riqueza le permiten vivir abiertamente como gay, pero es mucho más difícil para los que tienen menos privilegios.
Estamos luchando por el derecho de todo el mundo en este país para vivir como un ciudadano con los mismos derechos, lo que significa que todos deberían poder vivir la vida que desean”, señaló.
Matiyani dijo que la policía y los miembros de la comunidad suelen usar la ley para amenazar a la gente o extorsionarla.
En 2009, el Tribunal Superior de Nueva Delhi declaró que era inconstitucional.
Sin embargo, ese fallo fue sobreseído cuatro años después, cuando la Corte Suprema de la India decidió que era una decisión que le correspondía al Parlamento, no al poder judicial.
El año pasado, el Tribunal Superior dijo que reconsideraría su decisión.
Durante la última década, los homosexuales han obtenido cierto grado de aceptación en la India, en especial en las ciudades grandes. Muchos bares tienen noches gay, y algunas películas muy publicitadas de Bollywood han incursionado en los problemas que enfrentan los gays.
Pero ser homosexual sigue siendo visto como algo vergonzoso en la mayor parte del país, y muchos de ellos permanecen dentro del clóset.