En el mundo actual de mucho materialismo y conveniencias, es muy grato reunirse con los compañeros de la Facultad después de varios años de haber egresado. Fueron años en que la amistad era auténtica porque todos éramos iguales- o casi- y no había intereses de por medio. Cuando esas amistades se conservan en el tiempo resulta muy grata la convivencia. Nos decía el Padre Rafael González en misa: «qué bueno que a los 48 años de egresados se siguen reuniendo y que recuerdan a sus compañeros fallecidos. Sigan festejando los años que Dios les dé de vida».