Si yo hubiera sido el presidente de México al que le hubiera tocado la emergencia de los sismos del 7 y 19 de septiembre próximos pasados, la “mesa” –mesa de 3 patas- en la que me hubiera apoyado para atender en una primera instancia la emergencia de los daños provocados por dichos siniestros, esta hubiera sido la que conformaran las secretarías de Salud con el Dr. José Narro Robles a la cabeza, la de Educación Pública con Aurelio Nuño Mayer por delante y la de Desarrollo Social con Luis Enrique Miranda Nava soportando el apoyo del sector.

Las dos primeras ahí estuvieron, puntuales a la cita, junto con la SEDATU de Rosario Robles Berlanga, la de Gobernación de Miguel Ángel Osorio Chong y las de Defensa Nacional y de Marina Nacional a cargo, respectivamente, del Gral. Salvador Cienfuegos Zepeda y del Almirante Vidal Francisco Soberón Sáenz. Todos los secretarios mencionados en una formación tipo falange, con el mariscal en jefe por delante, el presidente de la República Enrique Peña Nieto, respaldándolo en cada una de la necesidades que la urgencia fuera exigiendo, pero ahí, atrás, pegaditos, coordinando la ayuda necesaria para los miles de damnificados, sobre todo en los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, lugares en los que más se ensañó el siniestro con sus habitantes y en donde más daños provocó la contingencia tanto en infraestructura como en las viviendas.

Pero no, inexplicablemente hizo falta un factor determinante en esta ecuación de auxilio a la población, y este factor o alfil fue nada más y nada menos que la Secretaría de Desarrollo Social y de su titular Luis Enrique Miranda Nava, el amigo fiel del presidente. En los días álgidos de la emergencia, es decir, cuando más se necesitaba su presencia para que la secretaría que él encabeza mostrara músculo, si me preguntan a mi yo no la vi por ningún lado. Sí vi a los otros secretarios mencionados en mangas de camisa y con los puños arremangados rifándosela, como así debería ser, haciéndole frente a las urgencias de aquellos funestos días, pero a Miranda Nava jamás lo vi o noté su presencia, aunque sea de lejitos por si algo se le ofrecía a su jefe.

Y esta situación, inexplicable para un simple mortal como el que escribe no se entiende, y no estoy sugiriendo nada, pero si hay una dependencia del Poder Ejecutivo que con el simple hecho de trabajar bien, con eso bastaría para hacer política, mucha política, política de la buena, esa dependencia se llama precisamente SEDESOL. Allí, por más que rotules en los apoyos que distribuyes entre la población vulnerable, o como en este caso entre la población afectada, aquella leyenda que ya se ha hecho clásica de: “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa”, pues finalmente llevan una carga gubernamental indiscutible. Y es que mire usted, no me estoy pasando de “chulo” como dirían en España o de cínico como diríamos aquí, ni tampoco lo que quiero decir es que este tipo de asistencia social sea “oro molido” como lo hubiera denominado un clásico de la picaresca política, pero, pregunto: ¿siendo tan poco el amor y además desperdiciarlo?, bueno, ¡pues hombre!, aprovéchalo.
Trataré de explicarme aún más. El presidente Peña Nieto y el gobierno que él encabeza tienen una calificación muy pobre por parte de la ciudadanía, y para revertir una tendencia así lo único que tiene que hacer tu gobierno es trabajar bien, cumple con la tarea que te ha sido encomendad. Instancias como SEDESOL y los DIF no tienen ninguna necesidad de andar “cacaraqueando el huevo”. Basta con el simple hecho de que cumplan y bien con el encargo que tienen y la ciudadanía se los va a reconocer. Pero además, la más importante tarea que tiene alguien que está a la cabeza de una organización como en este caso es el gobierno, es saber mandar y coordinar equipos de trabajo. Que cada quien haga lo que le corresponde en la distribución social del trabajo, y perdón, pero aquí algo falló. Esa mesa que se suponía de 3 patas en realidad estaba coja.
La ocasión la pintan calva y hay que aprovecharla. Yo no sé en realidad cuál fue el motivo de esta muy notable ausencia. Sus razones muy válidas tendría el presidente para exceptuar de estas importantes tareas al secretario de Desarrollo Social.
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@marcogonzalezga