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Comienza la temporada de destapes, unos más evidentes que otros, la persecución de electorado, la temporada de promesas y palabras repetidas cada seis años. Junto con el endulzamiento de oído llegan las investigaciones, las guerras entre partidos y el exhibicionismo de antecedentes, es en este momento donde realmente deberíamos conocer quién es quién, antes de indagar en sus propuestas hemos de saber dónde han estado, qué causas han defendido, cuáles han perseguido, cómo han actuado a lo largo de la historia y de quiénes se han rodeado.
No es casualidad que la más reciente proyección priísta esté más vinculado con otros partidos, o que los independientes aparezcan en masa buscando conseguir el mínimo de firmas para poder contender, ni los ataques entre ideologías que a partir de ahora no dejaremos de ver. Los medios, las redes sociales y diversos canales de comunicación jugarán un papel esencial en las elecciones, por ello tampoco es casualidad que en medio de la crisis televisa intente expandirse con la adquisición de plataformas digitales, no es casualidad que se posicionen en la agenda temas de contenido político y se dejen de lado leyes con afecciones sociales, porque al final seguimos en una era de información masiva donde el que no se informa debidamente sigue sin poder ver qué está ocurriendo realmente en su entorno.
Constantemente hablamos de crisis, de la inseguridad y los distintos temores que esta suscita pero nuestras exigencias llegan sólo después de eventos lacerantes y con el tiempo se olvidan, pedimos a los candidatos que cumplan sólo porque en el pasado nos dejamos engañar y actuamos sólo cuando la desgracia toca en nuestra puerta, pero qué pasaría si ese análisis y esa exigencia comenzáramos a hacerlo entre nosotros, si en vez de preguntar a nuestros gobernadores dónde estaban cuando mataron a tantos periodistas o dónde estaban cuando creció la inseguridad comenzamos por preguntarnos ¿dónde estábamos cuando permitimos que todo esto se incrementara?.
Es fácil pedir explicaciones y responsabilizar a otros de los males que hoy nos atañen, es fácil señalar culpables y exigir a otros que sean héroes porque nosotros no nos atrevemos, porque el miedo nos detiene y vivimos creyendo que otros deben salvarnos, nos resulta sencillo pedir a los periodistas heroísmo aún a costa de su vida pero nosotros no somos capaces ni de emitir una opinión crítica por miedo a las represalias, nos hemos olvidado de nuestra responsabilidad como ciudadanos, hemos actuado según nuestra conveniencia y dejado de lado nuestro deber cívico y social.
Cuando avance la temporada electoral y alguien nos pregunte y tú, ¿dónde estabas? Ojalá seamos capaces de responder lo mínimo, yo estaba entregando mi conocimiento para el desarrollo, yo ama de casa estaba educando a mis hijos para empoderarlos en un mejor futuro, yo profesor estuve formando ciudadanos comprometidos y críticos, yo estaba informándome para poder votar de la mejor forma, que en todo momento la respuesta lleve a un compromiso con nosotros y los demás que al responder no sintamos vergüenza o deslindamiento, porque si alguien nos pregunta dónde estábamos y la respuesta es que estabas sentado en la comodidad del hogar o esperando a que alguien más llegara a hacer lo que a nosotros nos tocaba no tendremos cara para exigir.