CIEN AÑOS DE “MI NOCHE TRISTE»
Año con año el primer artículo del mes de diciembre es dedicado a festejar el “11 de diciembre como el día internacional del Tango”. Este género musical originario del Rio de la Plata, ubicado entre Argentina y Uruguay, nació a finales de los años ochentas del siglo XIX. El Tango es un fenómeno musical que ha sido bien recibido en todo el mundo, su música, baile, letra, drama, sensualidad, te cautivan desde el primer instante, y si bien el Tango nació en el arrabal y se fue desarrollando en los burdeles, en casas de la mala vida, en los cabarets, con el transcurso de los años el Tango se convirtió en una música fina, reflexiva, con una baile sensual, apasionado, elegante y con instrumentos que son parte esencial del Tango como el Bandoneón.
En sus primeros años el Tango nació sin letra, historiadores y estudiosos del Tango señalan que antes de 1917, algunos que hoy son considerados tangos ya tenían letras, pero pasaron a la historia como: “Milongas” o “Habaneras”, de manera oficial el primer Tango-Canción registrado se titula: “Mi noche triste”, el cual fue cantado en 1917 por el Rey del Tango Carlos Gardel. El poeta argentino Horacio Salas en su libro titulado: “El Tango”, nos cuenta la siguiente anécdota de “Mi noche triste”:
“Se dice que fue a regañadientes y que algunos de sus amigos no estaban convencidos de la oportunidad. Cantar un tango, para colmo repleto de palabras lunfardas en un teatro céntrico, podría resultar demasiado. Un desprestigio. Por lo pronto su compañero de dúo, José Razzano, optó por dar un paso atrás y dejarlo que se arriesgara solo. La fecha exacta del hecho tampoco se conoce, aunque, gracias a las recientes investigaciones de Ricardo Ostuni, hay suficientes datos para deducir que ocurrió entre el 3 y 5 de enero de 1917 en el escenario del Empire en Buenos Aires. Lo que sí está claro es que en el momento en que el casi obeso cantor de aires campiranos llamado Carlos Gardel decidió entonar en público las palabras de Mi noche triste, escritas por Pascual Contursi en Montevideo, cambió la historia del tango.”
Por supuesto que, a partir de “Mi noche triste”, el Tango por una parte se volverá melancólico, nostálgico, dramático, chillón, pero al mismo tiempo adquirirá poesía, critica, reflexión profundidad, y estas cualidades influirán mucho para su interés y penetración universal, porque desde hace cien años empezaron a nacer Tangos que hoy en día siguen escuchándose y cantándose en todo el mundo, sus letras nos apasionan porque describen problemas existenciales como el amor, la soledad, tristezas, engaños, traiciones, añoranzas, e incluso la propia letra de “Mi noche triste” nos presenta a un hombre en pleno desamor: “Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espinas en el corazón, sabiendo que te quería, que vos era mi alegría, y mi sueño abrasador, para mí ya no hay consuelo y por eso me encurdelo pa´olvidarme de tu amor.”
“Mi noche triste” se convirtió rápidamente en un Tango muy aclamado, en 1918 fue llevado al teatro y tuvo más de cuatrocientas representaciones. Originalmente “Mi noche triste” se llamó “Lita”, la música es del compositor Samuel Castriota y la letra de Pascual Contursi. Con el nacimiento del Tango-Canción, la poesía será parte fundamental, entrarán en escenas grandes poetas y compositores que escribirán Tangos inmortales, donde además del drama, la nostalgia, el desamor, se incluyen en las letras la crítica política, social y humana.
Los contenidos de los Tangos llegan a gustar porque sus letras poseen la característica que nos sentimos identificados con ellas, todos en algún momento de nuestras vidas amamos y si ese amor no es correspondido y se mantiene el sentimiento a pesar de la ausencia, seguramente con nostalgia cantaremos “La Cumparsita”: “Si supieras que aún dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti; quién sabe si supieras que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado, te acordaras de mí.” Este tango memorable también está cumpliendo cien años de haber nacido y fue compuesto por el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez.
Entre más nos adentramos al mundo del Tango, más no iremos identificando y apasionando con sus letras. En este mundo cruel, egoísta e individualista, ¡quien no simpatizará con Enrique Santos Discépolo! cuando con su letra nos hace cantar el Tango “Yira, Yira”:
“Cuando la suerte que es grela, fallando, fallando, te largue parao, Cuando estés bien en la vía sin rumbo, desesperao; Cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol. Cuando rajés los tamangos buscando ese mango que te haga mofar, la indiferencia del mundo que es sordo y es mudo recién sentiras. Verás que todo es mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa, Yira… Yira. Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda el dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor.”
En mis noches de tristezas y nostalgias el Tango ha sido un buen compañero de vida, las bohemias a ritmo de tangos son inolvidables, únicas. Cuando Discépolo a través de sus letras habla, nos provoca nostalgia, cuando Gardel canta, nos hace vibrar, cuando Piazzolla toca “Adiós Nonino”, causa un sentimiento indescriptible, es por ello, que hoy a cien años del nacimiento del Tango-Canción, lo invito a que se permita vivir un momento de alegría, de nostalgia, pasión, furor, amor, momentos que van marcando nuestra esencia y créanme que le dan sentido a nuestra existencia, porque: “Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias; sabe que la lucha es cruel y es mucha, pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina.” Todavía seguimos teniendo pasión y mucho corazón…
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