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EFE

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este viernes el estado de emergencia en California.

Asimismo, ordenó que el gobierno federal preste asistencia adicional debido a la ola de incendios que desde el 4 de diciembre afecta a la región y que obligó a las autoridades a evacuar a cerca de 200 mil personas.

Mediante esta directriz, el mandatario autorizó al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) a coordinar todos los esfuerzos en las tareas de socorro.

El objetivo de esta medida es aliviar el sufrimiento de la población local y prestar asistencia a las autoridades estatales, locales y tribales, explicó la Casa Blanca en un comunicado.

Avivado por los vientos de Santa Ana, que propiciaron que las llamas se extiendan rápidamente por la costa este del país, el fuego arrasó hasta la fecha miles de hectáreas.

Sólo en la zona del norte del condado de San Diego, el fuego quemó más de mil hectáreas, derribado una veintena de estructuras y dejado, al menos, dos heridos.

El incendio registrado en San Diego se suma a otros cuatro que azotan desde hace días el noroeste de Los Ángeles, donde dañó más de 200 edificios y provocó el cierre de escuelas y universidades, carreteras y la caída del servicio eléctrico.

Las brigadas de bomberos combaten varios focos de incendios forestales alimentados por vientos cálidos en el densamente poblado sur de California, en donde al menos 500 estructuras fueron destruidas y decenas de miles de personas abandonaron sus hogares.

Más de 5 mil 700 bomberos trabajaban para detener el fuego de seis grandes focos de incendios y otros menores que han surgido desde el lunes a partir de Los Ángeles hasta localidades de la costa pacífico del condado de Santa Barbara.

El distrito unificado de escuelas de Los Ángeles, el segundo más grande de todo el país con más de 640 mil estudiantes, cerró más de un cuarto de sus casi mil 100 colegios por segundo día.

El Departamento de Policía escribió en su Twitter que sus efectivos trabajan para salvar a todos los californianos, incluso a las mascotas.

El refugio animal del condado dijo que estaba albergando al menos a 184 mascotas rescatadas, entre las que se cuentan también llamas, burros y caballos.

Por otra parte, las comunidades de jubilados construidas junto a campos de golf, cuadras de caballos de carreras y otros sitios usualmente serenos quedaron envueltos por las llamas.

 

Helicópteros y bomberos en tierra lanzaron agua y retardantes del calor sobre los focos, con el telón de fondo aterrador de montañas en llamas y paredes de humo que rodeaban las carreteras y los caminos.

Unos 25 caballos de carrera murieron luego de que el fuego quemó sus establos.

Casi 500 caballos estaban en los establos en el centro de entrenamiento San Luis Rey Downs en Bonsall cuando estalló el incendio el jueves, y cuidadores locales arriesgaron sus vidas para abrirles las compuertas a los animales y guiarlos a zonas seguras.

Caballos valorados en cientos de miles de dólares, que usualmente son trasladados cuidadosamente de un lugar a otro, fueron simplemente soltados y acicateados a correr por sus vidas a medida que las llamas consumían las estructuras.

Algunos rancheros publicaron en las redes sociales llamados urgentes para ayudar a movilizar a sus caballos, incluyendo en Rawhide Ranch, un conocido campo hípico para niños y adolescentes.