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EFE

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, consideró hoy un “insulto” el voto en la ONU de una resolución contraria al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y aseguró que Washington no lo olvidará.

“Lo que hemos visto hoy en el Consejo de Seguridad es un insulto. No será olvidado”, dijo Haley después de vetar el texto, que pedía a su país dar marcha atrás a la decisión sobre Jerusalén.

La embajadora defendió la medida de su presidente, Donald Trump, e insistió en que “ningún país va a decir a Estados Unidos dónde podemos poner nuestra embajada”.

La resolución, impulsada por Egipto, recibió el apoyo de catorce de los quince países del Consejo de Seguridad, con el único voto en contra de Estados Unidos.

Según Haley, de manera implícita el texto responsabilizaba a Estados Unidos de perjudicar las perspectivas de paz en Oriente Medio, algo que consideró un “acusación indignante”.

“Un proceso de paz dañado por el simple reconocimiento de que Jerusalén es la capital de Israel no es un proceso de paz, es una justificación para un bloqueo interminable”, defendió.

Desde hace décadas, la ONU y el grueso de la comunidad internacional consideran que el estatus final de Jerusalén debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos, suspendido desde hace años.

El veto de hoy es el primero que ejerce EE.UU. en el Consejo de Seguridad bajo la Administración de Trump, pues el último uso de este mecanismo por parte de Washington se remonta a 2011.

Haley recalcó que es algo su país no hace a la ligera ni con alegría, pero aseguró que el veto de hoy no le generó ninguna duda.

“El hecho de que este veto se haga en defensa de la soberanía de EE.UU. y en defensa del papel de EE.UU. en el proceso de paz de Oriente Medio no es motivo de vergüenza para nosotros, debería serlo para el resto del Consejo de Seguridad”, insistió.