El secretario de Economía de México, Idelfonso Guajardo, llega este lunes a Bruselas para intentar concluir la modernización del acuerdo bilateral entre México y la Unión Europea (UE) antes del final del año, plazo acordado por ambas partes.
El reconocimiento de las denominaciones de origen de los quesos europeos es uno de los principales puntos que deberá aclarar en la reunión que mantendrá este martes con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmtröm.
La UE quiere prohibir a los productores mexicanos comercializar sus quesos con nombres como manchego, camembert o parmesano, indicaciones geográficas protegidas en la mancomunidad.
Según las reglas europeas, para ser vendido con uno de esos nombres, el queso debe haber sido producido en la región correspondiente a su nombre, según los métodos específicos reconocidos.
México trata de obtener de la UE una concesión para que al menos cinco quesos mexicanos puedan mantener su nombre actual.
Otros temas que quedan pendientes son el acceso a mercados en temas agrícolas y el modelo del sistema de protección de inversiones que las dos partes quieren implementar.
De no ser posible zanjar todas las cuestiones técnicas hasta el final del año, Guajardo podría volver a México con un compromiso político bajo el brazo, en el mismo modelo en el que terminaron la UE y Japón en julio pasado, antes de concluir definitivamente las negociaciones la pasada semana.
Además de Malmström, el secretario de Economía se entrevistará también con el vicepresidente de la CE responsable de Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, y con el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, el miércoles.
“Continuamos comprometidos con llegar a una conclusión política antes del final del año, pero la ronda (de negociación) está en curso y todavía hay cuestiones por resolver. Veremos cuánto progreso podremos lograr hasta el final de la semana”, dijo a Notimex una fuente europea implicada en el proceso.
Desde el año 2000, cuando entró en vigor el pacto comercial, los intercambios entre México y la UE triplicaron su valor, pasando de 20.8 mil millones a 61.7 mil millones de dólares, de acuerdo con la Secretaría de Economía (SE).
En esos 17 años, las empresas europeas invirtieron 174.8 mil millones de dólares en México, lo que equivale a 35.9 por ciento de toda la inversión extranjera directa recibida por el país en ese periodo.