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En junio de 2012 en el yacimiento arqueológico maya de Perú-Waka, situado al norte de Guatemala, durante los trabajos diarios de excavación se detectó el cuarto principal de la última etapa constructiva del edificio denominado por los arqueólogos como «la adosada», en el que se descubrió una banca central que funcionaba como un centro de adoración de fuego.

Esta importante localización dentro de la estructura de esta comunidad maya significa que sus súbditos continuaron adorándola y venerándola mucho tiempo después del derrocamiento de su dinastía.

Allí, se encontró la cámara mortuoria de la reina guerrera maya Kalomt’e K’abel quien gobernó en el siglo VII.

Según los historiadores de la época clásica maya, K’abel perteneció al reinado más grande de Calakmul. Por su linaje real, fue enviada al sitio de El Perú para casarse con el rey de Wak, K’inich Bahlam II en torno al año 692.

K’abel reinó durante 20 años y adquirió el nombre Kalomt’, que en español significa “guerrero supremo”, el título máximo para cualquier líder maya. Su esposo el rey no ostentó ese título.

Los arqueólogos que realizaron el hallazgo también apuntan que los restos de la soberana estaban en un lugar muy sagrado para los mayas antiguos dentro del templo más importante de la ciudad del sitio arqueológico.

En el interior de la cámara mortuoria se encontró la osamenta de la reinavarias joyas de jade, cinco cabezas de reyes mayas en estuco, además de vasijas cilíndricas y una esfinge.

Esta tumba real se ha llegado a comparar con la egipcia de Tutankamón por algunas características que comparten, tales como la riqueza de sus ofrendas o que ambas cámaras no se volvieron a abrir ni nadie había entrado antes, por lo que se deduce que tampoco fueron asoladas por saqueadores, ya que tenía todos los contenidos originales.

Se cree que la tumba real maya estuvo a salvo de los saqueos gracias a haberse construido 11 metros bajo tierra.

Una de las ofrendas más importantes es un pequeño vaso de alabastro con tapadera tallado en forma de caracol del cual emerge un individuo de edad avanzada y fue la pieza clave para la identificación de Kalomt’e K’abel.

Estas elaboradas ofrendas de la tumba real estaban junto a miles de lascas y navajas de obsidiana.

 Reconocimiento de la guerrera

Se pudo confirmar la identidad de la persona que estaba en la cámara, gracias a una vasija de alabastro con forma de caracol que tenía gravado el nombre de la reina e incluso su origen.

Según los expertos que estudiaron la cripta, Kalomt’e K’abel era la líder militar suprema de su reino y tenía un nivel próximo al de una deidad en su época. Luchó contra Tikal, el principal reino maya, con lo que se ganó el máximo respecto y el carácter de diosa que sus propios súbditos le otorgaron.

Los restos de la soberana fueron trasladados a un laboratorio para ser sometidos a más exámenes y un análisis de ADN.

El equipo arqueológico también apuntó la excepcionalidad del hallazgo porque rara vez se descubren tumbas mayas por programas de investigación científica. La mayoría son descubiertas por los saqueadores, que toman sólo un par de cosas y destruyen el contexto.