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​El mal diseño de la planta de tratamiento de aguas residuales Quetzalapan-Sedeño, ubicada en el municipio de Banderilla, impide el tratamiento de las aguas negras que recibe, al captar una mayor cantidad de la que puede sanear.

Construida entre 2007 y 2009, con un costo de 30 millones de pesos, empezó a operar en 2012 y en el 2014 iniciaron los problemas debido a que le fueron canalizadas no solo las aguas negras del municipio, sino también las pluviales, lo que superó su capacidad.

Planta recibe más agua de la que puede sanear

Francisco Rafael Vázquez Ávila, presidente del Comité de Cuenca del Río Sedeño y de la asociación civil “Desarrollo Sustentable del Río Sedeño”, señala que el diseño de dicha planta permite el tratamiento de 40 a 60 litros por segundo de aguas negras, sin embargo debido a que la zona es altamente pluvial, recibe un fuerte caudal de agua de lluvia todo el año, por lo que se rompe la lógica biológica del proceso y las bacterias que hacen la labor de degradación no pueden hacer su trabajo.

Esto da como consecuencia que las aguas no sean tratadas y salgan como entraron junto con el agua de lluvia, no percibiéndose el enturbiamiento por el volumen, sin embargo el agua está cruda y así pasa al río Sedeño.

En orden las descargas de aguas negras de Banderilla

De nada sirve que se construyera toda una red de alcantarillado con colector y se ordenaran las descargas del municipio, en especial las que vienen de la colonia Díaz Mirón, la más grande de Banderilla, con una fuerte inversión, pues el problema principal es la calidad del agua tratada.

Conagua deja en manos privada el monitoreo de calidad de las aguas

Vázquez Ávila cuestiona además que el gobierno federal, a través de la Conagua, ya no realiza el monitoreo de sus aguas, y encargue este trabajo a la iniciativa privada, cuyo trabajo no es confiable al realizarlo de manera muy aleatoria.

Si bien laboratorios certificados nacionales participan en la licitación pública para realizar estos trabajos, son de otros estados, los cuales vienen tres veces al año a verificar cómo se comportan las descargas y si cumplen con la Norma Oficial Mexicana 001 en cuanto a presencia de coliformes fecales, responsabilidad que en su opinión debería ser del estado y no de particulares por su importancia.

Río Sedeño baja limpio de la región de Acajete

El río Sedeño baja de la región de Acajete y Rafael Lucio en calidad aceptable, debido a que a pesar de que recibe algunas descargas, en el trayecto alcanza a sanearse y oxigenarse, sin embargo al llegar a Xalapa y Banderilla se empieza a contaminar con las descargas de aguas negras que recibe, alcanzando niveles de alta contaminación.

Prueba de ello es que exactamente junto a la cascada “Salto de gato”, existen escurrimientos de aguas negras que Vázquez Ávila menciona que han preguntado mil veces y nadie responde en donde está la fuga, que si bien es menor, es significativa por el nivel de contaminación.

Además a su paso por el Área Natural Protegida Quetzalapan-Sedeño recibe más descargas de aguas negras, de tal forma que al salir del área urbana de Xalapa se encuentra convertido en un afluente de alta contaminación, cubierto de espuma, despidiendo un fuerte olor fétido varios metros a la redonda.

El río Sedeño recorre una subcuenca de aproximadamente diez municipios a partir de su nacimiento en la región de Acajete, al pasar la zona de Chiltoyac desaparece al continuar un recorrido subterráneo que vuelve a brotar al unirse al río Actopan, delante de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) “Nace el Río”, mejor conocida como El Descabezadero, para terminar en las aguas del Golfo de México.