Se calcula que hace 900 años Volcancillo hizo erupción como parte de una intensa actividad volcánica que por aquellos tiempos se presentó en la región de Perote y Xalapa, de lo cual quedan los restos del flujo de lava o malpaís que bajó hasta la zona de Toxtlacoaya, como reporta la investigación “El bosque de niebla del centro de Veracruz”, de Guadalupe Williams-Linera”, editada por el Inecol y Conabio.
Acompañados del biólogo Cuper Dorantes Ceballos, AVC se lanzó a conocer el cráter de Volcancillo, a unos 40 minutos de la capital del estado, un sitio solitario, de singular vegetación y no menos espectacular paisaje, desde donde se alcanza a dominar toda la región.
Después de salir de Xalapa en vehículo hasta la comunidad de La Joya, famosa por la elaboración de quesos, tomamos la desviación hacia el Volcancillo y en total siete aventureros iniciamos la caminata de media montaña, a 2 mil 400 metros de altitud.
Subir 400 metros no nos llevó más allá de media hora, sin embargo quien venga a este lugar debe seguir indicaciones, como el acompañarse de un guía especializado, lo cual es primordial, el llevar una gorra para protegerse del sol, agua, calzado adecuado, caminar a un ritmo lento, respirar pausado y sobre todo, cuidar donde pararse o sentarse en algún lugar por la presencia en la región de víboras de cascabel y de la mortal viuda negra.
El ascenso inicia lentamente hacia la cima, en medio de un paisaje de coníferas, sin mayor problema, con un clima agradablemente fresco, característico del mes de febrero.
Hacemos una parada técnica donde Dorantes Ceballos nos señala que uno de los sitios importantes a resaltar en esta montaña es la presencia de las llamadas gusaneras, cavernas de tan angostas que para atravesar por ellas es necesario avanzar con una técnica conocida como de “gusanito”, es decir, casi arrastrándose por las mismas.
“Estas gusaneras están conectadas desde la gran caverna al cráter, son un poco peligrosas porque como son tan angostas, el suelo es volcánico y puedes lastimarte, tienes que entrar con casco, guantes y rodilleras, para que disfrutes la experiencia de estar en una gusanera de Volcancillo”.
A unos metros de la cima del cráter llegamos a la caverna más grande de este lugar y también la más famosa, sin embargo aclara que es un lugar peligroso para adentrarse debido a que se encuentra en movimiento constante, su forma cambia constantemente y hay derrumbes.
“Recomiendo ya no entrar porque cada vez que he entrado en los últimos 15 años la caverna ha cambiado, eso quiere decir que hay derrumbes, es peligroso, y yo haría la recomendación que a esta caverna ya no entraran”.
Nuestro biólogo y guía añade que en Veracruz existen otras cavernas más seguras, sin derrumbes y a las que se puede entrar y disfrutar de la espeleología dentro de una cueva, “solo quería mostrársela, más adelante vamos a entrar a otra que si es segura”.
Acompañados por otro grupo de visitantes que llegaron a este lugar con el fin de conocerlo, llegamos casi al punto clímax de la excursión, una caverna considerada la ventana de Volcancillo, un túnel que al final nos lleva al cráter.
Puntualmente seguimos las indicaciones del experto: “Van a caminar con sus pasos firmes, nada en las manos y el truco es que sus ojos vayan siempre viendo hacia abajo para que la luz al final del túnel no los deslumbre y así van a poder ver muy bien el piso, si van caminando y levantan la mirada, cada vez que la levanten van a estar ciegos otra vez y no van a ver nada, el truco es caminar mirando hacia abajo”.
Y así salimos a uno de los cráteres más hermosos de todo Veracruz, que todo mundo puede disfrutar, reiteramos, acompañados por un guía conocedor de la zona, nunca hay que acudir sin el apoyo especializado.
“Hago mención que este recorrido que hicimos es peligroso, no apto para cardiacos, menores o personas con discapacidad, en caso de que quieran venir a hacer el recorrido, busquen una persona experimentada, un guía, que los pueda traer, pero más importante que los pueda llevar a Xalapa sanos y salvos”.
Así llegamos al final de esta aventura, la cumbre del cráter ubicado a unos 2 mil 800 metros de altitud, al fondo se observa al oeste Las Lajas y el Cofre de Perote, y al este se tiene una amplia perspectiva de la región de Las Vigas y de la carretera Xalapa-Perote.
“Este cráter es maravilloso, digno de conocerse, uno de los lugares más hermosos del estado de Veracruz, vengan con su familia, amigos, disfrútenlo, no se lleven plantas ni animales, y jamás vengan en solitario”.
