EL CHAMACO Maravilla, Ricardo Anaya, con toda la inexperiencia del mundo, en materia política, se sintió libre de toda culpa y tiró la primera piedra, diríamos, que tiró varias, pues durante la precampaña se dedicó, solamente, a denostar al Partido Revolucionario Institucional, cuando en realidad, el enemigo a vencer es otro.

Pero, Anaya, insistimos, con la inexperiencia propia de un político que apenas salió del huevo, no se dio cuenta que el ataque al gobierno de la república, significaba, desde luego, arriesgarse a lo que ahora le esta sucediendo, es decir, que tarde o temprano, con toda la información que oficialmente, se tiene, podrían que sacarle sus propios trapitos al sol.

Esto no se lo advirtió Dante Delgado Rannauro, que se supone, es un viejo zorro en materia política, quizá, con la intención de que su candidato experimentara en cabeza propia, que en determinados momentos, hay que guardar las formas, la discreción, en pocas palabras, tragar sapos, como suele decirse en este quehacer político hasta en tanto no se lleguen los días en que se puede tirar un poco, de manera racional para no caer en el desabasto, entendiendo que la campaña dura por lo menos tres meses.

Pero no, el chamaco, decidió desde la precampaña quemar todos sus cohetes, de tal manera que tendría que esperar la reacción inmediata y ésta no se hizo esperar, pues en medio del pleito electoral que debiera encaminarse de manera conjunta entre los dos partidos políticos, es decir, PRI y PAN, en contra de Morena, se fue por lo más fácil, cuando con ello le estaba abriendo más el camino a los morenos.

Y miren que solamente unos cuantos políticos del PAN, reaccionaron en su favor, pues la mayoría de ellos han dejado que Anaya, se mate solo y que surja, incluso la posibilidad de que puedan sustituirlo en los días que vienen, porque sencillamente, este problema del lavado de dinero, será un obstáculo que llevará por todos lados en la espalda, es decir, donde quiera que se pare habrá quien sepa que su involucramiento en las empresas fantasma, es un golpe directo, seco, al hígado diríamos, pues hay que recordar que este es el tema de actualidad y resulta que cuando se quieren cambiar las cosas, surge un candidato que no es congruente con lo que dice.

Aquí mismo, en la aldea veracruzana, el Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, el mismo candidato de la coalición PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Márquez, han preferido callar, pues el político mayor, el que se encuentra en Palacio de gobierno, sabe perfectamente bien, con toda la experiencia que tiene, que en estos casos, es mejor no rascarle demasiado a este asunto, considerando que esta de por medio la propia candidatura de su hijo, y tanto lo sabe el Gobernador del Estado, que ha preferido echarle flores al Presidente, cuando se presta la oportunidad, antes que atacarlo por alguna razón, pues Yunes Linares, sabe bien como deben manejarse las cosas, lo que extraña de Dante Delgado, que es, hasta donde se sabe, el que mece la cuna de Anaya.

En fin, que Ricardo Anaya, debió prevenir este asunto por el que esta siendo involucrado, porque bien sabía que no podía tirar la primera piedra y lo hizo, sintiéndose, en este caso, más poderoso que el mismo Presidente de la República, cuando en México, todos sabemos que incluso, muchos de ellos, siguen teniendo capacidad de influencia hasta muchos años después de haber dejado el mandato.

Entonces que no se diga ahora, como lo ha expresado Dante Delgado, que oficialmente se esta atacando a su candidato, cuando debieron trabajar conjuntamente para bajar al candidato de Morena, que en todo caso, es el objetivo, porque ninguno de los dos partidos, con sus respectivos aliados, tienen fácilmente la tarea de ganarle, por sí solos, al crecido Peje Lagarto.

No se pierde, pues, la posibilidad, de que Dante, este pensando en otro proyecto político que no es precisamente Ricardo Anaya. Ya se verá, porque si fuera para sustituirlo, Dante, tendría que estar en condiciones y hay que recordar que tiene algunos problemas de salud que le impedirían encabezar una campaña política de las dimensiones nacionales.

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ESTA BIEN, EL PRI, echa abajo a Ricardo Anaya, y remonta en las preferencias electorales, al grado de que se coloca un poco arriba, según las opiniones generalizadas que hasta hoy se vierten.

Pero, que hará, entonces, el PRI, contra Morena, porque también el Peje, se ha dedicado a descalificar al PRI, y al gobierno, principalmente, y no de ahora, sino desde hace dos o tres sexenios, llegándose al momento más crucial para el tricolor, porque ahora, todas esas expresiones del Peje, sí podrían hacerle daño, debido a las condiciones en que lo han dejado los más recientes gobiernos, como en Veracruz, que uno de los principales enemigos fue precisamente Javier Duarte de Ochoa, y su gente.

¿Será, pues, que también ya le tengan su propia investigación, que no será precisamente, la recolección de billetes para la campaña, la cual se ha evidenciado en todo el país?.
Esto suena interesante, porque hay que pensar que el PRI, ya no cuenta con el PAN, ni tampoco con ninguno de los partidos que integran el Frente, sino con su propia fuerza, además de la del Verde, principalmente, para poder contender con suficiente capacidad en contra de Andrés Manuel López Obrador.

Anaya, desperdició, por su ambición de inexperto, una buena coalición de hecho, con el PRI y entre los dos, bajar a López Obrador, y después dirimir la controversia política, solamente entre dos candidatos, como se había dicho hace algunas semanas por algunos columnistas nacionales, que veían una final de fotografía entre el PRI y el PAN, solamente.

Pero con todo esto que ha estado sucediendo, las cosas, de plano han cambiado y el chamaco maravilla, será recordado por haber destrozado al PAN y no haberle permitido la oportunidad de llegar nuevamente a la Presidencia de la República, con otro candidato más idóneo, considerando que el PRI, que sería su principal enemigo político, se encontraba a la baja por la serie de errores cometidos por otras administraciones, tanto en lo federal como en lo estatal, como es el caso de Veracruz.

Ahora, esperemos, solamente, la estrategia priista para echar abajo a López Obrador, quizá, la empresa más difícil que tenga en estos tiempos políticos.

Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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