«Lo de las firmas apócrifas o con fotocopia de «El Bronco» y Ríos Piter no se trata de una simple travesura como en algún momento pretendió minimizar el primero. Se trata de hechos que pueden ser considerados como delitos, ya sea de carácter electoral o por la entrega de una documentación falsa a la autoridad. La trampa es evidente, y eso que todavía no se ha revisado a fondo quiénes y cómo consiguieron las firmas para el gobernador con licencia de Nuevo León y para el senador ex-perredista, lo que podría destapar más conductas delictivas por el uso de recursos públicos». Lo escriben en «Templo Mayor» de Reforma.