“Donde quiera se cuecen habas, patrón,

y donde quiera pan con lo mismo y atole con el dedo…

¡Pinche política mexicana!” (Palabras de Crisóforo, mi amigo el taxista).

Seguramente con toda seguridad segura, este jueves 22 de marzo nos lanzarán discursos, mensajes y demás con eso del cuidado del agua, puesto que es el Día Mundial del Agua. Aun así, seguiremos desperdiciando el vital líquido.

Problema crucial para todos. Y no hay que ser vidente ni fatalista ni apocalíptico: la guerra por el agua ya está en curso. Por ejemplo, a diario mi vecina me hace encabronar porque de mañana muy temprano desperdicia agua, pero la perdono porque… ¡Intimidades no! Pero así empezamos a descomponer el mundo.

Según la ONU, “en la actualidad más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de su hogar, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.”

Luego agrega: “Mundialmente, más del 80% de las aguas residuales que generamos vuelve a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada. 1800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por material fecal, lo que las pone en riesgo de contraer el cólera, la disentería, el tifus o la polio. El agua no potable y unas pobres infraestructuras sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842 000 muertes al año.” Ahí ‘tan sólo algunos datos; el problema es mucho mayor pero pa’ qué aterrorizarnos si ya lo sabemos. ¡Qué caray!

Para no irnos tan lejos, Veracruz tiene lo suyo. Hace unos días, el Congreso estatal envió una iniciativa al Congreso de la Unión para reformar la Ley de Aguas Nacionales e incrementar en aproximadamente 30 por ciento las multas a industrias y ayuntamientos que descarguen aguas residuales sin tratamiento a cuerpos de agua.

Asientan que, según estudios, los ríos Pánuco, Coatzacoalcos Jamapa, Actopan y Blanco son los más contaminados. Los dos primeros por los derrames de hidrocarburos, y el resto por las descargas de aguas residuales sin tratamiento, tanto urbanas como industriales.

Pero dice el delegado de la región Golfo-Centro de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), César Triana Ramírez, que “el tema de las descargas y contaminación de los ríos, es un tema de cultura, es una tema más general que una multa (…) Más que haya el pago de una multa, es un tema cultural, que todos tenemos que trabajar y la Conagua está trabajando en ello.” (versiones.com.mx, 5-03-18). O sea, no molestar, estamos trabajando.

El año pasado la diputada del PAN, Mariana Dunyaska García Rojas impulsó una iniciativa para declarar el mes de marzo de cada año como el “mes para la preservación y cuidado del agua en Veracruz”. En aquella ocasión dijo en tribuna que “siendo nuestro Estado rico en recursos naturales, el 90% de sus ríos presentan contaminación”, y agregó que “pareciera que fuera un tema menor, pero el declarar en Veracruz a Marzo como el mes del Agua, tiene que ver con que hagamos conciencia de que el vital líquido está por escasear, y de que se está poniendo el interés de algunos empresarios por encima de la vida del ser humano.” Muy de acuerdo.

La propuesta fue aprobada por los diputados y en el Decreto Número 246 publicado en la Gaceta Oficial Núm. Ext. 070, de fecha 17 de febrero de 2017, se declara la celebración anual del mes de marzo como «Mes para la Preservación y el Cuidado del Agua en Veracruz».

Se establece que “el Ejecutivo del Estado, a través de la Comisión del Agua del Estado de Veracruz impulse y encabece las acciones en el ámbito local, para la celebración anual de «Marzo, mes del Agua», con base en la temática anual determinada por las Naciones Unidas, adaptada al contexto nacional, incorporando a todas las organizaciones y personas que deseen unirse a la celebración y estableciendo los mecanismos para ello.” Bien, muy bien.

La ONU dice: “Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de agua es más necesaria que nunca.” Tons, parafraseando el nombre de la película de Guillermo del Toro, la forma del agua en la realidad se deforma, nada de fantasía ni amor. Es la guerra. Vean si no la cinta “Rango”, donde un personaje dice: “Si controlas el agua, lo controlas todo.”

Jannette L. Clariond escribió: “Agua que nos has de beber, pregúntate por qué.” O lo que es lo mismo, a echarle ganas todos. ¿Cuándo empezamos? Porque al agua, que es vida, se le va la vida.

Los días y los temas

José Emilio Pacheco escribió “Alta Traición”:

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
—y tres o cuatro ríos.

El que tenga oídos…

De cinismo y anexas

-¡Camarero, ya le he pedido cien veces un vaso de agua!
-Sí, ahora mismo: ¡Cien vasos de agua para el señor!

***

-¿Qué pasa si tiras un pato al agua?
-Nada.

Ahí se ven.