El primer acercamiento que tuve con Picasso, fue con una canción de Alberto Cortez. Tendría entre 6 y nueve años cuando escuché al “Pablo gorrión, Pablo poeta y marinero / Pablo arlequín, Pablo pintor, Pablo torero / Pablo y ‘el cant dels ocells’, Pablo maestro /

Pablos de todos, Pablos de nadie… Pablos nuestros”… para mí era terrible no entender a cada uno de los personajes que escuchaba del cantante argentino y en una suerte, logré encontrar en una revista, si no mal recuerdo, “Muy Interesante”, algo sobre Picasso. Fue mi primer Pablo.

Tuvieron que pasar unos años más para que en la secundaria me encontrara con el otro Pablo, Neruda… y saber que se podían escribir los versos más tristes en una noche… algo clásico de mis clases de español, aunque al paso del tiempo prefería “Mujer, yo hubiera sido tu hijo / por beberte la leche de los senos como de un manantial / por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal // Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal // porque tu ser pasara sin pena al lado mío y saliera en la estrofa –limpio de todo mal–”.

Volviendo con Picasso, el cubismo no lo entendía o no lo apreciaba… mi adolescencia se inclinaba más por el surrealismo del tocayo Dalí más cuando en mis sueños de un día abrazar el sacerdocio, se me hacía maravilloso el Cristo de San Juan de la Cruz y una y otra vez, tomando una cartulina y hasta una pared de mi cuarto, intenté plasmarlo… sólo mi madre, con sus ojos de tal, admiraba mis trazos.

Fue precisamente en mi adolescencia, cuando dejé un rato a Alberto Cortez y me envolví en esa ola musical llamada “Rock en tu idioma” y a mediados de la década de los 80, el cantante Iván, además de su éxito “Pon la radio”, llamó mi atención con una canción que si mi memoria no me traiciona, decía así: “Amanecer, amarillo en el mar / rojo y azul, en espera de ser real // un maniquí, muchacha descalza, creación Picasso / alma que no se acaba, Picasso es evolución / Picasso es leyenda universal…”

Por supuesto, para esos jóvenes que cantaban en esa época “Pon la radio”, “Hey, Mademoiselle” y “Baila”, por citar algo, Picasso nunca entró a la discoteque.

Por cierto, el otro Pablo era Casals, un chelista que hizo del Canto de los Pájaros (un villancico catalán) un himno incluso considerado de paz y libertad. Creo que mi “sordera” no me pemite apreciar el talento de esta leyenda musical que Alberto Cortez hermanaba con Picasso y Neruda.

Tenía muchas ganas de ir a Orizaba a la inauguración de la exposición de obras de Pablo Picasso y Diego Rivera en el Museo de Arte del Estado en Orizaba… circunstancias ajenas a mi voluntad, me lo impiden, pero seguí tal, por la magia de la tecnología y ahí pude ver al alcalde chayotero Igor Rojí, a Alejandro Zairick y al titular de Turismo, Polo Armengual, además del Gobernador, quien comentó que en cierta ocasión, Pablo Picasso y Diego Rivera se reunieron en París, para conquistar Europa con su arte; y hoy lo hacían en Orizaba, a la que atinadamente llamó “Capital Cultural”.

De lo que escuché, tengo entendido que esta exposición ha de estar por espacio de varios meses… ¡vamos! hasta septiembre, por lo que me da oportunidad de volver sobre mis pasos, y pararme en breve, dentro de poco, ante un Picasso, y entonces, a la vez que admiro su obra, tararear con Alberto Cortez el himno a algo más que un pintor, un poeta y un músico, como lo son Pablo Picasso, Pablo Neruda y Pablo Casals, artistas del universo…

smcainito@nullgmail.com