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La Jornada

El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, sostuvo que la decisión de desmovilizar el “Viacrucis Migrante 2018” no fue por un “Tuit” emanado de donde sea, sino de la determinación del gobierno mexicano de proteger los derechos humanos de quienes integran esa caravana.

Entrevistado en el Senado, luego de asistir a una reunión de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional, donde se analizaron los mecanismos de protección a los candidatos a la Presidencia de la República, Navarrete Prida agradeció a los integrantes de esa cámara el pronunciamiento en contra de la decisión de Donald Trump de militarizar la frontera norte e informó que se reunirá con cúpula religiosa para revisar el caso del obispo de Chilpancingo que se reunió con narcotraficantes de esa región.

Cuestionado en torno las quejas de que se obligó a disolver el “Viacrucis Migrante 2018” por presiones de Donald Trump, el secretario de Gobernación resaltó que no fue “producto de un Tuit ni creo que los migrantes le hicieran mucho caso a un tuit, emanado de donde sea”.

Navarrete Prida explicó que la caravana migratoria, constituida por migrantes del triángulo norte de Centroamérica pasa desde hace 10 años por el país, con la intención de llegar a la frontera norte y tanto la Comar como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados le han solicitado al gobierno mexicano estar pendientes del proceso y así lo han hecho.

“La decisión de desmovilizar la caravana no le corresponde al gobierno mexicano, sino a los propios migrantes. El gobierno mexicano mostró una actitud de diálogo y de protección a los derechos humanos”.

Precisó que se les dieron “entradas temporales para que puedan retornar sus países de origen, se garantizó un trato humanitario a las mujeres que vienen con niños o estaban embarazadas y se resolvieron los temas pendientes en Comar desde hace mucho tiempo”.

Con base en ello, dijo, se dieron por cumplidos los objetivos de la Caravana y se desmovilizaron.