La falta de financiación y la poca profesionalización del personal de salud obstaculizan una eficaz lucha contra el cáncer en Latinoamérica, coincidieron hoy expertos en el tema en un foro en Quito.
El cáncer representa la segunda causa de muerte en Latinoamérica y Ecuador, y muchos tipos de cánceres son prevenibles si se cambian ciertos hábitos dañinos en los estilos de vida, dijo la doctora Oderay Larrea, jefa de Servicio de oncología del Hospital de la Seguridad Social Carlos Andrade Marín (HCAM).
Los especialistas participaron en el I EFE Fórum Salud en Ecuador titulado “Cáncer: retos, oportunidades y casos de éxitos” organizado por la agencia EFE y la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
Los expertos coincidieron en que una de las grandes deudas que tienen los gobiernos sobre la materia es el impulso a la profesionalización del personal médico especializado.
Juan Vásconez, delegado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para Ecuador, señaló que la financiación de la lucha contra el cáncer en la región no es el adecuado, pues al menos en el país “se sigue teniendo más del 50 por ciento del gasto bolsillo (de los ciudadanos) en temas de salud”.
Vásconez explicó que, aunque existen recursos destinados a solventar esta enfermedad, estos no son optimizados y aseguró que “el reto es voltear a ver este tipo de enfermedades y minimizar o evitar el pago de bolsillo por parte de los pacientes”.
El rector de la Universidad Central del Ecuador, Fernando Sempértegui, sugirió que se consideren seriamente formas de financiar políticas de detección y prevención temprana y que desde la Academia se “enseñe de verdad a los estudiantes cómo detectar el cáncer”.
“Las instituciones no pueden trabajar solas. No solo se necesitan recursos, sino investigación para desarrollar tratamientos efectivos y que las universidades trabajemos para realizar diagnósticos más oportunos y evitar tantas muertes”, dijo el rector de la UCE.
El médico Wali Mushtaq, jefe del Servicio de Oncología del hospital Eugenio Espejo de Ecuador, advirtió que “hace falta la formación de profesionales, porque si no hay buenos profesionales para la detección oportuna del cáncer, los pacientes seguirán llegando en etapas cada vez más tardías”.
Agregó que la mayoría de los enfermos en la región no tiene un diagnóstico adecuado, lo que conlleva a que los casos sean identificados “cuando ya hay poco por hacer”.
Tania Soria, coordinadora del programa de Posgrado de Oncología Clínica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCE, expresó que existe una carencia de recursos humanos especializados.
Señaló que, por ejemplo, en Ecuador solo existen entre 90 y 100 oncólogos, aunque se necesitan “por lo menos 500” y resaltó el papel de las universidades a la hora de impulsar la educación, “ya que en la escuela poco se habla del cáncer”, dijo.
Los expertos y facultativos debatieron también acerca del papel de las autoridades en el combate al cáncer y aseguraron que aunque existen políticas públicas al respecto, los países no han logrado saber cómo implementarlas.
Patricia Cueva, directora del Registro Nacional de Tumores de Ecuador, resaltó que esta herramienta no abarca a todo el país y, aunque ha sido fundamental para comprender la incidencia y causas del cáncer, no es suficiente.
La doctora Oderay Larrea lamentó que pese a la información obtenida con el registro, “el Gobierno sigue sin tomar acciones concretas, solo se usa para beneficio político y no se mejoran las condiciones de salud”.
Los especialistas instaron a los gobiernos a trabajar más en beneficio de la salud de los enfermos con cáncer y destacaron la importancia del involucrar tanto al Ejecutivo como a las universidades para lograr una lucha más efectiva contra la enfermedad.
El viceministro de Gobernanza y Vigilancia de Salud, Carlos Durán Salinas, reconoció que uno de los problemas que están afectando a países de la región es el financiamiento.
Según Durán Salinas, existe una “nueva estructura de la cobertura de los servicios para el cáncer en el país” y apuntó que en esta materia, “nunca hemos estado mejor”.