La administración pública municipal es el espacio de poder más cercano al ciudadano y por ende la institución en donde recaen las principales demandas sociales, por ello la efectividad con la que se desempeñen los integrantes del ayuntamiento es primordial para responder y resolver las necesidades locales.
Un municipio no solo requiere gobernantes, necesita gestores, personas comprometidas con la población que les otorgó el voto de confianza en las elecciones y también con aquellos que forman parte de expresiones políticas distintas.
Si bien es cierto que la integración del cabildo es plural, como lo es también la ideología partidista de quienes lo conforman, lo ineludible es que al momento de gobernar se trabaje en equipo por un mismo propósito, el de servir a la ciudadanía, portando la misma camiseta y evitando politizar acciones y decisiones.
El objetivo común debe ser que al finalizar la administración municipal los resultados sean tangibles y visibles; entregar un municipio organizado, con finanzas sanas, con un mayor índice de desarrollo humano y un porcentaje mínimo de rezago social.
Para lograrlo es necesario facilitar la comunicación entre sociedad y gobierno, no es posible resolver aquellos problemas que se desconocen, por lo que el contacto permanente con la ciudadanía es condición sine qua non para agilizar el servicio público.
Para hacerlo posible es necesario abrir las puertas del palacio municipal a los ciudadanos y aprovechar las redes sociales para establecer un canal de comunicación eficaz en tiempo real que permita resolver las demandas de manera eficiente.
La base de un país desarrollado, es un municipio a la vanguardia, trabajando de la mano ciudadanía y gobierno, es posible construirlo.