«Cuando se visita Cuba, muchos van buscando amores furtivos, y es común ver en las calles a los viejos, todos ridículos, de la mano de esculturales jovencitas cubanas. Fui con mi sobrino, Gustavo Lila Haaz, a ninguno de mis amigos les dieron permiso de ir. Las esposas celosas los cuidaban.. «No me deja mi vieja», decían lloroncitos. Fui a la Finca Vigía, donde vivió Ernest Hemingway, vi su alberca donde aseguran que el escritor les decía a sus invitados: Toca el agua, para que sientas la piel desnuda de Eva Gardner». Muchas jovencitas quieren salir de su país, aunque tienen educación y sistema de salud sin igual. Y en los deportes, igual». Es parte de lo que escribe Gilberto Hazz en sus «Acertijos».