«En una primera parte, se cumplió el «todos vs AMLO» específicamente Anaya y Meade, con acusaciones que AMLO no respondió «nepotismo, Ponce-Imaz: Romo-Navarro, etc), pero que AMLO aguantaba bien utilizando frases ya conocidas por su electorado y derivando la inseguridad a su tema-pobreza e inseguridad- y la corrupción a su ceptada honestidad personal. Y una segunda parte, cuando todo parecía que el debate sería desgastar a AMLO, vimos un duro enfrentamiento Meade-Anaya que rompe ese momento y hasta genera sonrisas de AMLO, la pelea entre segundo y tercer lugar es algo que le conviene y que él no interrumpió. AMLO considera que los votantes que tiene son suficientes y no fue por más». Ricardo Anaya fue quien mejor se desenvolvió». Lo escribe Roy Campos en «El Economista».