En los Estados Unidos los verdaderos héroes nacionales son las súper estrellas del deporte, los demás, los demás están para cosas menores, digamos para que los portaviones, los grandes destructores, aeropuertos y bibliotecas lleven sus nombres. Ex presidentes héroes de guerra, científicos, inventores y literatos, no son quienes están en la memoria histórica de los ciudadanos estadounidenses (Washington, Lincoln, Jefferson, Franklin, Eisenhower, Kennedy y Clinton), no, ellos son una mera referencia y la gente los recuerda solo porque su imagen aparece grabada en un billete o porque hay una estatua de cualquiera de ellos en un parque público, pero no, los verdaderos héroes, los que están destinados al olimpo de los dioses, los ídolos de millones de estadounidenses y muchas veces de todo el mundo, es decir, los Jackie Robinson, Mohamed Alí, Joe Montana, Troy Aikman, Terry Bradshaw, Michael Jordan, Larry Bird, Shaquille O’Neal, ‘Magic’ Johnson, Hank Aaron, Reggie Jackson, Jim Palmer, Barry Bonds, Michael Phelps, Mark Spitz, Arnold Palmer y Tiger Woods, esos tienen un lugar especial en el corazón de los aficionados, y viene esto a colación porque el 13 de abril de 2016 fue el último juego como profesional del basquetbol de Kobe Bryant, después de una exitosa carrera de 20 años de trotar sobre la duela defendiendo la camiseta de los Lakers de Los Angeles. En los últimos años no ha habido jugador más dominante sobre el rectángulo que el también conocido como ‘la mamba negra’ (The Black Mamba). Kobe, que además es un fan del Barcelona y de Lionel Messi, ha sido un superdotado para los encestes, basta un dato para dimensionar la magnitud del jugador que estamos hablando, es el tercer mayor anotador en la historia de la NBA, solo por debajo de Kareem Abdul-Jabbar y de Karl Malone con 33,464 puntos, por encima incluso del mejor jugador de todos los tiempos, Michael Jordan, que ocupa el cuarto lugar en este renglón. Este tipo de jugadores, junto con Larry Bird, Karl Malone, desde luego Michael Jordan, ‘Magic’ Johnson, LeBron James, el ‘aguijón’ Kareem Abdul-Jabbar (¿se acuerdan cómo se iba aproximando a la canasta empujando y arrinconando a su oponente y al final ‘aguijoneaba’ para encestar letalmente?) y Kobe, tuvieron y han tenido la virtud de haber hecho del deporte de las canastas un arte, y más que eso yo diría que algo artístico, casi mágico e hiperfantástico. A su lado, los míticos Harlem Globetrotters eran como unos bebés jugando con una pelota en un corral. Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal, hace unos cuatro años y Bryant hace unos días cumplió dos años de haber fallecido. Foto de archivo.