*Hay que recordar una cosa sobre la democracia: en ella podemos tener lo que queramos, pero al final nos toca siempre lo que merecemos. Camelot

EL RUSO EN TERCER GRADO

Ya había habido una primicia antes, cuando el grupo televisivo, Milenio TV, enfrentó a un Andrés Manuel López Obrador sometido a fuego, amigo y enemigo, aunque él dice que no tiene enemigos, tiene adversarios. Uno siempre tiene enemigos. De los enemigos, líbranos Señor, dice un relato bíblico. Margaret Thatcher decía que ‘vale la pena conocer al enemigo… entre otras cosas por la posibilidad de que algún día se convierta en un amigo’. Y JFK llegó a decir: “Perdono a mis enemigos, pero nunca olvido su rostro”. En la vida uno tiene enemigos, ni dudarlo, o uno o dos malandrines, pero se tienen. Ruso presume que no. Llegó muy trajeado a Tercer Grado, bien acicalado, bien peinado, buen traje, corbata roja, donde se presumía lo someterían a intenso fuego como el de Irak, y creo que el mas exasperante era Joaquín López Dóriga, que insistía y en una el Ruso lo apuntó con su dedo flamígero, y aquel dijo lloroncito. ‘No me apuntes con el dedo’, como si el apuntar con el dedo fuera enviarte al averno. Como entró, salió. Debió haber tenido buena audiencia, yo lo vi en la repetición porque llegué tarde, para variar, sucede que la mugre autopista de Capufe tuvo otro atasco y perdí una hora ahí parado, en el kilómetro 22, y me acuerdo mucho de Gerardo Ruiz Esparza, el secretario del socavón, ese hombre que, si AMLO gana, y ejerce la ley, seguro se va por piernas terminando el sexenio, hay sospechas de que está manchado de una gran corrupción. Programa que vi hasta cerca de la una y pico de la madrugada y, cuando el sueño llegó, ya no pude seguir viendo El Alienista, una gran serie de Netflix de 10 capítulos, cuando en el Nueva York de 1896 comenzaba a ejercerse y descubrirse la sicología, y la emplean para encontrar a un killer de niños. Allí aparecen dos personajes grandes, Theodore Roosevelt, que chalaneaba de comisario, y J.P Morgan, que ya estaba forrado de billetes. Buena serie. Vuelvo con el Ruso. Un programa que poco aportó, las mismas preguntas, las mismas respuestas de Andrés, ya está curtido en eso y como no le encuentran actos de corrupción, flota de a muertito. Me gustó cuando lo apretó Leo Zuckerman, quien le pidió no perdonara ni a los de Odebrecht ni a todos esos corruptos que hicieron, o harán, que Pepe Meade muerda el polvo, desde Los Pinos. Los memes abundaron. Su Amor y Paz sobresalió. Lo que no me late es porque el Ruso no se deslinda de una vez con Chávez, ese dictador malo. Lo cabecea como si tuviera algún compromiso allí, y augura el no meterse en asuntos de otros países, lema de la autodeterminación de los pueblos. Bah, si quiere cargar a Maduro y a Chávez, allá él. Y el pleito contra los empresarios, algo inútil. Así no, Ruso. Vendrán los otros cuatro al programa, pero AMLO jura que este arroz ya se coció.

EL BRONCO Y SUS JALADAS

El Bronco tuiteó que si gana, cosa difícil porque va en quinto lugar, iba a mandar al destierro esa cosa llamada La Hora Nacional, que no la oye ni quién la hace. Su texto es muy conmovedor: “Si soy presidente se acaba esa chingadera, no son necesarios”. Hay que tener cachaza o no tener tema de qué comentar, cuando te enfrascas en algo que parecía ya estar en los archivos de la historia, la Hora Nacional debe ser como el Cruz Azul, que jamás gana torneos y nadie la escucha. Betsaira Corral, coordinadora de El Bronco en Orizaba, me visitó por la mañana para anunciar que viene a esta ciudad el sábado 12 de mayo, y habrá una cena de pocos. Después que Bronco recorra las calles y mercados. Bienvenido.

EL PARTE MEDICO DE FIDEL (HERRERA BELTRAN)

Suelo comunicarme con él vía WhatsApp, no he ido a verle porque no quiero andar de metiche inoportuno. Alguien apenas me insinuaba: ‘Ve a verlo, aparécete ahí en el hospital’. No, le dije, hay que respetar la privacidad que normalmente el enfermo convaleciente pide y requiere. Y eso se arregla con un letrero en la puerta: ‘No se admiten visitas’. Iré a verlo en cuanto ya se pueda, en cuanto se sienta él y los médicos le den de alta, me apareceré en esa ciudad como me aparecía cuando íbamos a comer a esos comederos populares en México o a la Condesa, cada tres o cuatro semanas, o los de por ahí en Reforma, una buena comida y una buena plática de una tarde como aquella que visitamos un Museo, o la antepenúltima, que después de comer, como me hospedo en el hotel Sevilla Palace de Reforma, sucursal del famoso Liabeny de Madrid, después de la comida caminamos rumbo al Monumento a la Revolución, y trepamos el elevador y vimos el majestuoso México desde un poco de las alturas. Su plática con las cosas mundanas, su buen conocimiento de la historia y las artes y la literatura, el cruzar de los libros y autores, eso hacía una plática buena. Fidel Herrera Beltrán es gente de mente lúcida. La retomaremos en cuanto se pueda. Me dice que va en proceso de recuperación bien, después de ese gran susto, los médicos le aseguran que saldrá bien de esta batalla y recuperará la salud completa. Enhorabuena. Un abrazo, querido amigo.

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