La esperada cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong un tendrá lugar el 12 de junio en Singapur, anunció este viernes el mandatario estadunidense en la red Twitter.
«¡Trataremos que sea un momento especial para la paz mundial!», añadió Trump en su mensaje. El anuncio se realizó después que el gobierno en Pyongyang liberara a tres ciudadanos estadunidenses que se encontraban detenidos en Corea del Norte.
Poco antes de las tres de la madrugada (07 horas GMT), el presidente y la primera dama Melania Trump subieron a bordo del avión en el que acababan de llegar los tres liberados estadounidenses a la base área de Andrews, cerca de Washington, donde se había desplegado una enorme bandera nacional.
El avión del secretario de Estado Mike Pompeo, que realizó su segundo viaje a la capital norcoreana en pocas semanas, había aterrizado unos minutos antes.
«Queremos expresar nuestra profunda gratitud hacia el gobierno de Estados Unidos, el presidente Trump, el secretario Pompeo y el pueblo estadounidense por traernos de vuelta a casa», afirmaron los tres exdetenidos en un comunicado transmitido por el departamento de Estado mientras viajaban hacia Washington.
«Damos gracias a Dios y a todas la familias y amigos que han rezado por nosotros y por nuestro retorno. Que Dios bendiga a Estados Unidos, la mejor nación del mundo», agregaron.
Dos de los liberados, el experto agrícola Kim Hak-song y el exprofesor Tony Kim, fueron arrestados en 2017, mientras que Kim Dong-chul, un empresario estadounidense nacido en Corea del Sur y pastor de unos 60 años, había sido sentenciado a 10 años de trabajos forzados en 2016.
Al ser consultados a su arribo sobre cómo habían sido tratados en Corea del Norte, Kim Dong-chul respondió a través de un intérprete que «fuimos tratados de maneras muy diferentes. En mi caso, hice mucho trabajo forzado. Pero cuando enfermé, me atendieron».
«Una buena oportunidad»
Pyongyang les otorgó una «amnistía», precisó un funcionario estadounidense.
«Estaba sobrentendido que podíamos obtener la liberación de estas tres estupendas personas durante la reunión y traerlas a casa después de la reunión», dijo Trump sobre la cumbre cuya fecha y locación anunció poco después. «Fue lindo de su parte de liberarlos antes del encuentro. Francamente, no pensamos que esto iba a ocurrir. Y ocurrió», agregó el mandatario.
Al comentar el giro que han dado las relaciones entre Washington y Pyongyang, Trump dijo: «Estamos comenzando sobre una nueva base… liberó a los muchachos antes. Es una gran cosa. Muy importante para mi».
«Y creo que realmente tenemos una muy buena oportunidad de hacer algo muy significativo y si alguien hubiera dicho esto cinco, diez años atrás, incluso un año atrás, habríamos dicho que esto no era posible», indicó para añadir: «Han pasado muchas cosas buenas».
Según analistas, la liberación de los tres estadounidenses da una muy necesaria victoria diplomática a Trump y elimina el último gran obstáculo para su histórico encuentro con Kim.
«Era absolutamente imperativo que la administración Trump se asegurara la liberación de los tres estadounidenses mucho antes de cualquier cumbre», afirma Jean Lee, analista del Centro Wilson.
Desnuclearización y pacto de paz
La muy esperada cita debe centrarse en debatir el programa de armas nucleares norcoreano, al que Trump exigió que Kim renuncie irreversiblemente. Pero Kim ha dado pocos indicios de lo que está dispuesto a conceder o lo que va a exigir a cambio.
Pyongyang ha insistido en que Estados Unidos retire su apoyo a Corea del Sur, donde están estacionados más de 30 mil efectivos militares estadounidenses.
En una reunión en abril en la zona desmilitarizada entre ambas Corea (DMZ), la tercera desde el fin de la guerra entre mandatarios del Norte y del Sur, Kim y el presidente surcoreano Moon Jae-in reafirmaron su compromiso con el objetivo común de una «desnuclearización completa» de la península.
Convinieron además en mantener conversaciones con Washington, y posiblemente con Pekín, para lograr un pacto para fin de año. La guerra de Corea (1950-1953), en la que China apoyó al Norte y Estados Unidos al Sur, terminó con un armisticio pero sin un tratado de paz.
Kim se reunió con el presidente chino Xi Jinping el martes por segunda vez en seis semanas.
Según la agencia de noticias oficial de China, Kim le dijo a Xi que no había necesidad de que Corea del Norte fuera un Estado nuclear, «siempre y cuando las partes interesadas dejaran sin efecto sus políticas hostiles y las amenazas a la seguridad» de su país.
El funcionario norcoreano Kim Yong Chul, quien se reunió con Pompeo en Pyongyang, insistió en que la apertura del país a las conversaciones «no fue el resultado de sanciones impuestas desde el exterior», sino un cambio en el enfoque del régimen.