Ébano es el testimonio del periodista que viaja por las profundidades del continente africano y se encuentra con las situaciones más extrañas, difíciles y violentas, pero también con las familias, los hombres y las mujeres que lo habitan.

Ryszard Kapuściński

Editorial Anagrama

Barcelona, 2000

pp. 340

El autor dice en el Prólogo: “(…) éste no es un libro sobre África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis encuentros con ellas y el tiempo que pasamos juntos. Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Solo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos “África”. En la realidad, salvo el nombre geográfico, África no existe”.

Y añade: “He vivido unos cuantos años en África. Fui allí por primera vez en 1957. Luego, a lo largo de cuarenta años, he vuelto cada vez que se presentaba la ocasión. Viajé mucho. Siempre he evitado las rutas oficiales, los palacios, las figuras importantes, la gran política. Todo lo contrario: prefería subirme a camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical. Su vida es un misterio, un torcimiento que, sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos”.

Kapuściński a través de sus narraciones nos permite adentrarnos a la diversidad de los países que integran el continente africano. Y también a las constantes que lo cruzan: la pobreza, la enfermedad, el hambre, la inestabilidad política, los golpes de Estado y la guerra. Están también las riquezas de sus múltiples culturas, las costumbres ancestrales, las religiones, el arte, la danza y la música. El pasado y el presente que conviven todos los días.

Ébano es el testimonio del periodista que viaja por las profundidades del continente africano y se encuentra con las situaciones más extrañas, difíciles y violentas, pero también con las familias, los hombres y las mujeres que lo habitan. “Soy, dice, un poco un misionero y muchos misioneros se han sentido bien en África. Es la única actitud posible; de otra forma, las condiciones pueden ser agobiantes. O también puedes ir a un hotel con aire acondicionado y refrigerador. Pero esa no es África”.

Kapuściński, en muchos años de viajar por África, en sus narraciones de la vida cotidiana, da lugar también a la reflexión sobre la que fue la colonización, que inicia en el siglo XV y se prolonga hasta principios del siglo XX, y el proceso de descolonización con la independencia de los países de las metrópolis europeas que inicia en los años cincuenta. Son 500 años de historia. De invención de países al antojo e interés de los colonizadores.

“Aquí, asegura Kapuściński, la vida es un esfuerzo continuo, un intento incesante de encontrar ese equilibrio tan frágil, endeble y quebradizo, entre supervivencia y aniquilación”. El libro duele. Las situaciones límite están siempre presentes. Es angustioso. ¿Cómo salir de la situación que se describe? ¿Qué es y que no es África? ¿Cómo poner fin al enfrentamiento de unas tribus contra otras?

El libro es registro de la barbarie. Es testimonio de guerras absurdas y estúpidas de hombres que enloquecen con el poder. De los hombres que siguen al líder en busca de la seguridad, de la riqueza y del poder que sólo él puede otorgar. El libro, no se pude ser ajeno a lo que ahí se dice, enfrenta de manera brutal a las posibilidades perversas de la condición humana.

Las obras de Kapuściński, lo es Ébano, son periodismo, pero también antropología, sociología, historia y política. Escritas de una manera que se vuelven literatura. Su estilo es único. Enfrenta los reportajes como nadie lo hace. Es una manera original de hacer periodismo y literatura. Es un estilo propio, único, de enfrentar el reportaje y de hacer periodismo, pero también literatura.

Ryszard Kapuściński nació en nació en Pinsk, Bielorrusia, entonces parte de Polonia, el 4 de marzo de 1932 y murió en Varsovia el 23 de enero de 2007. Estudió en la Universidad de Varsovia historia y arte, pero al final se dedicó al periodismo. Recién graduado empezó a trabajar como corresponsal extranjero de la agencia de noticias del gobierno de Polonia. Colaboró en Time, The New York Times, en Estados Unidos, y Frankfurter Allgemeine Zeitung, en Alemania. Ha publicado El Emperador, El Imperio y El Sha. Todos trabajos periodísticos producto de sus innumerables viajes.

@RubenAguilar