«En Brasil- esa extraña y original tierra donde los escritores son tan famosos como los jugadores de futbol, como dijera Mario Vargas Llosa-, con la muerte de Jorge Amado (el 6 de agosto de 2001) se le agrió a «Gabriela» el aroma a clavo y se le ennegreció la piel canela. «Doña Flor» ya no quiere saber más de sus dos maridos. «Tereza Batista» ya descansó de la guerra. A «Tiesta» ya no le interesan sus orígenes en Agreste y los gitanos de «Toscaia Grande» muestran su cara más oscura. Las prostitutas de «Bahía de Todos los Santos» son las más desganadas de las que saben lo que tienen y cómo lo ofrecen, hasta dónde, a quién y por cuánto. Su «Bahía» «es como todas las mujeres de mis novelas: bella, sensual, ardiente»; es como una mujer que se quiere y se desea tener», decía) está de luto. Forman parte de la obra de este prolífico escritor- 32 libros- que se han vendido por millones en casi cincuenta idiomas- que perdurará». Se publica en el libro: «Pasajeros con destino. De escritores y otros viajeros», de Luis Gastélum,.