Explicar la ciencia de forma más sencilla y objetiva, es una de las tareas imprescindibles del periodismo de divulgación para la sociedad. Romper con mitos, desechar la pseudociencia y ampliar las fronteras del conocimiento, es el objetivo de nuestra era.

El enemigo a vencer es la información falsa que circula por las redes que sostienen mentiras acerca de los conocimientos, y divulgan lo que otros han escrito sin verificar si lo que replican es cierto o no, eso daña, confunde a muchos de los usuarios atrapados en una red de comunicación llena de falsedades, de mitos, y para colmo de males, los navegantes se encuentran atrapados en el mismo lugar como moscas en una telaraña, haciendo apenas débiles intentos por escapar, con la desgracia de ir absorbiendo toda la información.

Para los comunicadores es difícil abrirse paso entre los más de 300 millones de usuarios del Twitter y los más de 2000 millones de usuarios de Facebook que comunican, viralizan, muchas veces se encuentran cerca de los acontecimientos. Cuando vemos información que se origina en esos sitios se amplifica más, afortunadamente dura menos.

Lo trascendental es abrirse paso y demostrar que con la verdad y objetividad se puede avanzar, ya lo han hecho científicos y divulgadores desde antes de la era cristiana como Jenofonte el historiador griego del siglo IV a C. Así filósofos como Lurcecio y Paracelso o más reciente Fontanelle quien a través de una gaceta llamada Le Mercure Galant difundía la ciencia. Esto demuestra que no es un asunto contemporáneo, pero si muy importante, debido a la gran cantidad de desinformación y a la carencia de divulgación en este tema.

Cuando abordamos la información científica para acercarla a los lectores, les estamos ofreciendo a la sociedad el mundo en el que viven y las consecuencias de sus actos tanto para su vida personal como para el entorno y las posteriores generaciones. Ponerlos al corriente de lo que los gobiernos hacen o dejan de hacer por la ciencia, el medio ambiente y la cultura científica. Lo que no se realice en este primer tercio del siglo XXI repercutirá en el futuro próximo, por ello es imprescindible divulgar todo lo que nos está perjudicando y también las aportaciones en beneficio de la humanidad.

La comunicación social de la ciencia es un atributo que debe tomar el periodismo como parte formativa, que abone a otros canales de comunicación, los museos son una muestra, las conferencias con especialistas, los cursos, libros, documentales, congresos y el acercamiento de los niños y jóvenes para que paulatinamente se interesen por este sorprendente mundo del conocimiento científico, tan olvidado y de poco interés por los medios. De vez en cuando se menciona una noticia que puede aportar conocimiento, lo único que hacen los medios es destacarla sin ahondar más en ella, como si fuera un fenómeno aislado.

Durante el siglo XIX surge la necesidad de la gente de informarse sobre la tarea científica y por parte de los investigadores de las diversas disciplinas científicas ofrecer el conocimiento de sus actividades, en el año 1869 inicia la revista británica Nature y en 1880 en los Estados unidos Sience. Las limitantes que tienen las revistas especializadas es que se encuentran dirigidas en su mayoría para un público con una especial preparación.

En nuestro país el Consejo Nacional de Ciencia Tecnología CONACYT nos indica que cuenta con algunas clasificaciones para agrupar las revistas de ciencias y estas son: Física, matemáticas y ciencias de la tierra en un tema. Medicina y ciencias de la salud, Ciencias sociales, Ingenierías. Biología y Química, Humanidades y ciencias de la conducta, Biotecnología y ciencias agropecuarias y multidisciplinarias.

El tema es hacer que el público se interese que lo sientan suyos, cuando nos acercamos a revistas en donde la divulgación se ofrece con un método sencillo y atractivo como las que se difunden en los kioscos, la ciencia llega más lejos y muchos de los estudiantes y profesionistas de las ciencias se motivaron en es información digerible para adentrarse más en los conocimientos y ahora lo tienen como una forma de vida, la tarea de los comunicadores de los medios impresos y digitales tenemos un compromiso, una responsabilidad enorme con la sociedad, así que manos a la obra.

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