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AP

La resolución de la Organización de Estados Americanos que abre el camino para una eventual suspensión de Venezuela generó posiciones encontradas en el país suramericano, que enfrenta la creciente presión internacional en medio de una profundización de la crisis económica y social.

Las autoridades venezolanas consideraron como una derrota de Estados Unidos la resolución, mientras la coalición opositora celebró la decisión de la OEA que pidió a sus miembros implementar medidas políticas y económicas para ayudar a la restauración la democracia y que declaró que la reelección del presidente Nicolás Maduro carece de legitimidad.

El llamado Grupo de Lima -que integran 14 países de la región- Estados Unidos y la Unión Europea rechazaron en mayo los comicios presidenciales y amenazaron con endurecer las sanciones contra el gobierno venezolano.

«Rodó (el vicepresidente) Mike Pence y el imperialismo yanqui: no consiguieron los votos para aplicar la Carta Democrática a nuestra patria», afirmó la noche del martes el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, al cuestionar la iniciativa promovida por el alto funcionario estadunidense que pidió a los funcionarios de 22 países comenzar con el proceso para suspender la membresía y participación de Venezuela en la OEA.

«Victoria de Venezuela: tienen 2 años con los mismos 19 votos. Ni con todas las presiones logró Pence vulnerar la dignidad americana», agregó Rodríguez en su cuenta de Twitter.

A las críticas se sumó el vicepresidente venezolano Tareck El Aissami, quien publicó en su cuenta de Twitter que Pence sufrió una «nueva derrota».

Tras la sesión, el canciller venezolano Jorge Arreaza anunció que Venezuela se retira de la OEA porque es una organización que “solo viola el derecho internacional público y promueve intervenciones militares en pueblos soberanos». Venezuela inició el año pasado las acciones para salir del organismo pero el proceso aún no ha culminado.

Por su parte, la alianza opositora calificó de «victoria» la resolución y dijo en un comunicado que lo acordado por 19 de los 34 miembros de la OEA es un llamado a «mantener e incrementar la presión popular e institucional» para alcanzar la salida constitucional a la crisis.

La propuesta presentada por Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Chile, Guatemala, Paraguay y Perú fue aprobada la víspera, tras una larga sesión, con 19 votos a favor, cuatro en contra y 11 abstenciones.

La resolución es la más estricta que ha acordado hasta la fecha la OEA sobre la crisis venezolana desde que su secretario general, Luis Almagro, dijo hace dos años que Venezuela había sufrido graves alteraciones del orden democrático.

La OEA expulsó a Cuba en 1962 y suspendió brevemente a Honduras después de un golpe de Estado en 2009. La sanción a Cuba se levantó en 2009 pero la isla rehusó reintegrarse al organismo.

En medio de las tirantes relaciones con Estados Unidos, Arreaza se reunió el miércoles con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el republicano Bob Corker, quien viajó el mes pasado a Caracas para el proceso de liberación del estadunidense Joshua Holt y su esposa, quienes estaban detenidos desde hace dos años en la sede de la policía política.

«Debemos abrir espacios para el diálogo sobre la base del respeto mutuo», dijo el canciller venezolano en un mensaje en su cuenta Twitter en la que colocó dos fotografías de la reunión con Corker.