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Notimex

La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y el ministro del Interior, Horst Seehofer, llegaron a un acuerdo provisional respecto a la situación migratoria que conjuró por lo pronto la caída del gobierno de la jefa del gobierno alemán.

Luego de un encuentro Merkel se mostró contraria a los automatismos de expulsión que propone Seehofer, pero el también presidente de la Unión Social Cristiana de Baviera puso como fecha límite para llegar a un acuerdo la cumbre europea del 28 y 29 de junio.

Ese acuerdo provisional también se forjó con la inclusión en las negociaciones de Partido Socialdemócrata. Los tres partidos CDU, CSU y SPD que son socios en la coalición de gobierno.

Merkel se ha acercado a las posiciones de los bávaros, especialmente al controvertido punto de las expulsiones de inmigrantes en la frontera alemana, mientras la CDU está de acuerdo en rechazar el ingreso de aquellos que reiniciden después de haber sido expulsados anteriormente del país.

Seehofer pidió una solución europea que se adecúe a los puntos expuestos por su partido, la CSU; en caso contrario, aplicará por su cuenta los rechazos en la frontera. Merkel busca una solución consensuada a nivel europeo.

“No queremos que se repita la situación del 2014-2015 (…) tenemos que garantizar la seguridad dentro y fuera, por los intereses alemanes e internacionales”, destacó Merkel.

En las próximas dos semanas, la canciller alemana buscará acuerdos con los países de la Unión Europea por medio de encuentros bilaterales y, quizás en el marco de una mini-cumbre previa a la europea para buscar un acuerdo europeo en migración.

Mekel quiere “evitar un efecto dominó” y admitió que no existe un consenso entre los 28 estados miembros en materia de política migratoria, además rechazó que haya disparidad con Seehofer; “defendemos los mismos fundamentos y espero que podamos conseguir ponernos de acuerdo”.

Seehofer insistió que si en la cumbre europea de finales de junio no ve resultados parecidos a lo que defiende, aplicará las expulsiones automáticas en la frontera alemana.

“Es un escándalo que gente que ha sido expulsada vuelva a intentar entrar en el país, y pueda hacerlo”. Junto a las expulsiones, tanto de inmigrantes previamente expulsados y reincidentes como de aquellos que de acuerdo con la aplicación del acuerdo de Dublín ya han estado registrados anteriormente en otro país europeo.

Seehofer prometió que estará listo en las fronteras alemanas el registro y control de pasaportes y de huellas dactilares a partir del 1 de julio.

Seehofer se ha alineado con el canciller federal austríaco, Sebastian Kurz, con el cual se reunió el pasado miércoles. Austria asumirá la presidencia de la UE a partir del primero de julio y por seis meses; tendrá como foco principal la defensa de las fronteras exteriores de la Unión.

Seehofer celebró que Kurz quiera reforzar la agencia FRONTEX y crear una zona especial en Africa para poder enviar a los inmigrantes a sus países de origen sin que tengan que llegar a Europa.

Refirió que “todo el tema de la inmigración, lo hemos gestionado mal (…) no se ha conseguido una regulación de acuerdo con el estado de derecho. Tenemos que trabajar mucho”,

Entre el 2016 y 2017 Alemania acogió el mismo contingente de refugiados que todo el conjunto de la UE; por lo que el parlamentario europeo de la CDU, Elmar Brok, comentó que desde el 2015, el número de refugiados en Alemania se ha reducido en un 90 por ciento.

Seehofer negó que, a raíz de la crisis de la Oficina de Inmigración Federal (BAMF) de Bremen, se quiera cambiar el nombre de la agencia; por lo que propone organizar vuelos que agilicen la deportación de refugiados a sus países de origen para hacer frente a los problemas de pilotos, “como los de Lufthansa”, que se oponen a las deportaciones.

Esta tarde, Merkel se reunirá con su colega italiano, el primer ministro Giuseppe Conte, y el tema migratorio ocupará una parte de la agenda de conversaciones.