Lo primero que hicieron muchos jugadores mexicanos, al término del partido contra Corea del Sur, fue ir a festejar con familiares en tribuna. Asi, Guillemo Ochoa fue a cargar al pequeño Luciano y su hija Luciana. Andrés Guardado fue a cargar a su hijo Máximo. Raúl Jiménez saludó a su novia Daniela Basso. El técnico Osorio mandó besos a la tribuna, igual que otros jugadores. El equipo tricolor ya viaja rumbo a Moscú, en un vuelo en que los jugadores van acompañados de sus familias. La nota es de Edgar Contreras en «Reforma».