Mientras México supera récords en homicidios ligados al narcotráfico, el próximo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador plantea la despenalización de las drogas para «pacificar» el país, medida que los expertos celebran aunque piden más concreción.
La tasa de homicidios alcanzó en 2017 su nivel más alto en una década en el país al llegar a 25 crímenes por cada 100.000 habitantes, según informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La institución reveló que el año pasado se registraron 31.174 homicidios, una cifra sensiblemente superior a los 25.339 que difundió previamente la Secretaría de Gobernación y que sitúa el mandato de Enrique Peña Nieto (2012-2018) como el más violento desde que hay registros.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprovechó este martes el reporte para respaldar en Twitter su exigencia de apoyo al plan de construir un muro fronterizo y otras medidas contra la inmigración.
«Una de las razones por las que necesitamos una Gran Seguridad Fronteriza es que la tasa de asesinatos en México aumentó 27 % a 31.174 personas muertas, ¡un récord! Los Demócratas quieren Fronteras Abiertas. ¡Yo quiero Máxima Seguridad Fronteriza y respeto al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y a nuestros estupendos Profesionales de Aplicación de la Ley!», escribió.
A su vez, la organización civil Semáforo Delictivo indicó que la inmensa mayoría de los asesinatos en México están vinculados al crimen organizado y en especial el narcotráfico, que se incrementaron 28 % en el primer semestre de 2018.
La propuesta estrella de Olga Sánchez Cordero, señalada por López Obrador como futura secretaria de Gobernación, pasa por despenalizar el uso recreativo de la marihuana y la amapola para acabar con el negocio ilícito del narcotráfico y «pacificar» México.
«Combatir los efectos es algo fútil. Hay que ir a la causa del problema y regularizar las drogas», sostuvo hoy el director de Semáforo Delictivo, Santiago Roel, partidario de despenalizar todas las drogas y no solo la marihuana recreativa.
Roel tachó de «absurda» la Iniciativa Mérida, un tratado de 2008 entre Estados Unidos y México para combatir la producción de droga, puesto que antes de su entrada en vigor solo se registraban 2.000 asesinatos anuales, recuerda.
Considera que «ninguna droga debe estar en manos de mafias sino del Estado», de manera que los cárteles pierdan su «mercado» y se vean obligados a «regular» su actividad. «Sin dinero, todo es muy difícil; también delinquir», sostiene.
Sin embargo, Roel avisa que la propuesta del nuevo Gobierno mexicano se encontrará con la «oposición» de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), que «usa a México como piñata» al responsabilizarlo por el consumo de drogas de los estadounidenses.
De hecho, la Casa Blanca ya reaccionó a las palabras de Sánchez Cordero oponiéndose a que México legalice «todas las drogas» en el país.
Se calcula que en México operan cerca de 400 mafias del narcotráfico, entre las que se encuentran 15 grandes cárteles que exportan al extranjero, y que son fruto de la atomización producida por la guerra militar contra las drogas.
De la misma manera que Roel, el experto en seguridad Erubiel Tirado considera que «la estrategia de seguridad estrictamente punitiva está agotada y que el Gobierno no está haciendo nada» para cambiarla.
El experto considera que la despenalización de la marihuana recreativa es «un paso adelante», aunque recuerda que esta droga «no representa el núcleo fuerte del problema». Argumenta que la legalización «no es una bala de plata».
Por ello, considera que el próximo Gobierno, que comenzará a funcionar el 1 de diciembre, debe completar su plan con otras propuestas y evitar «transitar por esquemas que ya se mostraron obsoletos».
En ese sentido, le preocupa que el equipo del próximo presidente todavía no se haya pronunciado sobre la polémica Ley de Seguridad Pública, que perpetúa el papel del Ejército en el combate contra el narcotráfico y que ha sido criticada por instancias internacionales.
Tirado recuerda que, al inicio de su mandato, Peña Nieto parecía tener un enfoque diferente al que tuvo Calderón, puesto que creó una Subsecretaría de Prevención Delictiva, aunque luego le dedicó «cero pesos a la prevención».
Cree que la capacitación de policía y la sensibilización de la población para que denuncie los delitos son algunas de las políticas necesarias para México, y que ahora solo se tienen en cuenta cuando «nos sobra algo de dinero».