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SINEMBARGO.MX

Carlos Antonio Santamaría Díaz, el primer niño de 12 años que cursará la carrera de Física Biómedica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pidió al virtual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no “cometa los mismo errores del pasado” y que haga un grupo donde menores como él puedan tener apoyo e impulso. A los futuros diputados y senadores les pidió que se ocupen del país “como si se ocuparan de ellos” y que no piensen sólo en su sueldo.

Ayer, la UNAM informó que el próximo 6 de agosto, Carlos Antonio se convertirá en el primer alumno de 12 años en entrar a la Facultad de Ciencias, aunque no es la primera vez que pisa la máxima casa de estudios, anteriormente ya había cursado diplomados y algunas materias en Facultad de Química, en el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) y en el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM), donde también elaboró sus practicas.

Este viernes, en conferencia de prensa en la UNAM, Carlos Antonio mandó un mensaje a López Obrador: “Que no cometa errores pasado, que no provoqué revoluciones”.

También le dijo que le gustaría que construyera un grupo de niños que estudien ciencias básicas. “Yo puedo abrir el camino, puedo ser un buen compañero para más compañeros como yo”, aseguró.

El menor también mandó un mensaje a los futuros legisladores. Les pidió “que piensen más en las minorías. Que piensen en México como un todo, y no sólo ‘en que me den mi sueldo’.

“Primero, que se ocupen del país de la misma manera que se ocupan de ellos. En su responsabilidad está el país más que en el Presidente”, les pidió.

En 2016, Carlos Antonio subió a la tribuna de la Cámara de Diputados, tenía apenas 9 años. Jesús Zambrano, entonces presidente de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura, le preguntó si algún día le gustaría ser Diputado. Carlos Antonio respondió:

“No, yo no quiero ser como ustedes, yo quiero ser científico”.

LA EDUCACIÓN ESTÁ CADUCA

Carlos habló sobre la educación en México y afirmó que está caduca.

“Es raro que después de 20 años se den cuenta, hasta los profesores están aburridos de enseñar lo mismo”, dijo. Aseguró que la educación para los niños no debe ser desde una institución rígida, sino que el alumno aprenda a través de la experimentación y también la teoría, pero de forma divertida, donde el alumno sea una sujeto activo de su aprendizaje.

También le preguntaron sobre el uso de la televisión y el Internet en la educación. Para Carlos, estas dos herramientas han sido las principales para su aprendizaje.

Sin embargo está consciente de que deben ser usadas correctamente pues alertó: “es el arma de autodestrucción humana más poderosa”.

El menor también comentó sobre el uso de los videojuegos. Entre risas, el pequeño Carlos dijo que ya se controla más y que no juega todo el tiempo; mencionó que el problema de los videojuegos es cuando controlan la conducta de las personas.

Y dijo que a él le gustaría que desarrollaran un juego que acercara a los niños a la ciencia, pero que tuviera la misma dinámica de otros de entretenimiento.

Cuando le preguntaron sobre qué le conmueve, contestó que más que conmover le sorprende que aunque la tecnología rige la vida de los humanos, no sepan cómo funciona. Dijo que él sabe que de la ignorancia nace el conocimiento.

“Espero que la estupidez humana no llegue al peor punto”, dijo.

Agradeció a sus padres por todo lo que han hecho por él y sabe que le darán más apoyo para que cumpla sus metas.

Cuando un reportero preguntó al padre de Carlos si sabía su nivel de coeficiente intelectual, tanto el papá como el hijo se rieron.

“A nosotros no nos importa saberlo”, contestó el niño de 12 años y su padre agregó que no es su prioridad ya que abogan por la inclusión.

Por el momento al pequeño Carlos sólo le queda esperar unos días para ingresar a clases y comenzar, a los 12 años, con su licenciatura.