Existe una errónea apreciación por parte de algunas gentes al valorar a las personas de la tercera edad, con la idea de que se disminuyen o pierden las capacidades y experiencias acumuladas, eso es falso, simplemente se manifiestan de una forma distinta.

Al acercamos a ella o ya instalados en la misma, la angustia nos puede invadir al pensar que podemos vemos acercarse al final de nuestra existencia, en realidad no es cierto, cuando los años se acumulan se presentan cambios biológicos en nuestro ser, en lo mental no desaparecen nuestros sueños, esperanzas, sentimientos, al igual que el universo de nuestras ideas. Debemos de evitar ser personas pasivas para convertirnos en adultos de acción, creación y transformación, las personas de la tercera edad son seres sensibles llenos de amor, afecto y gratas sorpresas.

Es importante conocer los datos que arrojan las investigaciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática por sus siglas INEGI, sus datos sobre las personas adultas de sesenta años y más, conocer las expectativas de vida en nuestro país se vuelve algo relevante, de entrada los datos recientes nos dicen que existe una población de aproximadamente 13 millones a partir de los 60, muchos de ellos aun se encuentran ejerciendo alguna actividad remunerativa, aproximadamente el 34%, mientras que el resto no cuenta con una actividad que les proporcione un ingreso, y de ellos más de la mitad se encuentran activos dentro de su entorno en actividades propias del hogar sin recibir por eso dinero alguno.

Las cifras más recientes resultado de la investigación y análisis del año pasado aportadas por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), de los adultos del país con sesenta años o más el 53.9% son mujeres y el 46.1% hombres, la interpretación de las cifras hace interesante ver también la ubicación, es ilustrativo darse cuenta que la mayoría vive en zonas urbanas, tan solo el 24.3% los hace en localidades de menores a los 2500 habitantes.

Una vida social que permita el diálogo, recordar lo mejor del pasado, el compartir experiencias, el intercambio de ideas, hará más lúcido el entorno. Aunado a eso, el acondicionamiento físico por medio de una rutina variada puede mantener en mejor forma todas las funciones musculares y óseas del organismo, el seguir ejercitando el cerebro con variadas actividades como el hábito de la lectura, los juegos de mesa, el aprendizaje y otras formas de mantener la mente activa, ayuda a detener el deterioro por la edad pudiendo retrasarlo para contar con una vida más longeva y en mejores condiciones generales.

El gran esfuerzo hecho durante el siglo pasado y lo que va de este, donde se han superado en gran medida las epidemias, las enfermedades infecciosas y gracias a los extraordinarios progresos de la ciencia médica en investigación y aplicación de innovadoras formas para preservar la vida, destacando el campo de los fármacos, los hombres y mujeres de la tercera edad tienen una esperanza de vida mayor, en nuestro país que en la actualidad es del 75.3%.

Para concluir esta entrega los datos nos dicen que los adultos de sesenta o más años en 1970 era del 5.65% de la población, mientras los datos recientes nos colocan en el 10.5%, esto debido a lo mencionado con anterioridad y a otros factores que comentaré en posteriores entregas.

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