“El pensamiento estadístico será tan necesario para ser un ciudadano
eficiente como la habilidad para leer y escribir»
-H. G. Wells

La capacidad de decidir es una habilidad innata del ser humano, la cual a corta edad pone en práctica para hacer enfrente a un sin fin de disyuntivas y resolver diferentes situaciones a lo largo de la vida en diversos contextos: a nivel, familiar, personal, sentimental y laboral. Elegir entre varias alternativas posibles para realizar una buena decisión, el directivo debe considerar entre otros aspectos, darse el tiempo necesario para elegir con inteligencia, la disponibilidad de los recursos con los que cuenta y la expectativa de los resultados que se desean obtener, por lo que, entre más elementos se consideren durante el análisis el resultado estará más cerca del valor esperado, y por consiguiente, las consecuencias o riesgos que pudiesen presentarse durante la adopción serán más susceptibles de ser controladas.

Lo que no se puede medir no se puede mejorar

En múltiples entrevistas con administradores y directivos de varias organizaciones resalta un común denominador en los resultados de los diagnósticos que he realizado, esto es: la falta de análisis de la información para la toma de decisiones. Llama la atención, que independientemente del giro de la organización y el grado de madurez de los directivos, invariablemente éste comportamiento está presente en la cultura organizacional, por lo que la mejora continua en la empresa se ve afectada negativamente por esta omisión.

Es bien sabido que es muy complicado administrar lo que no se puede medir, además lo que no se puede medir no se puede mejorar, esto implica una seria desventaja para los procesos de mejora, ya que lo que no se mejora, tarde o temprano se degrada. Por lo que, es imprescindible establecer un sistema bien estructurado para el manejo de datos que permitan ser transformados en información y faciliten su interpretación para la toma de decisiones.

La toma de decisiones en condiciones de incertidumbre

En la mayoría de los casos que he observado en las organizaciones, entre otros elementos, si existe normatividad para la recolección de datos, también procedimientos que establecen con claridad qué información se debe procesar para su análisis, así como las acciones que se deben realizar en aquellos casos que se encuentran fuera de norma, o que están afectando al proceso, solo por mencionar algunos de ellos. No obstante, tres de cada cuatro casos, cumple con la recolección de datos, pero no con el análisis de la información, tampoco utilizan herramientas estadísticas para el análisis de estos y facilitar la toma decisiones.

La mayoría de los sucesos, ya sean de origen natural o provocados por la actividad humana presentan variabilidad, por lo que, resolver problemas y tomar decisiones es parte fundamental de la función directiva y el liderazgo, sin duda, dos de las tareas más complejas del ejercicio profesional en cualquier tipo de organización. La mayoría de las ocasiones la atención de los problemas se llevan a cabo con base en la experiencia previa, con un comportamiento reactivo y no con un enfoque preventivo de los problemas, por lo que el carácter informal de esta realidad no garantiza la efectividad de las decisiones implementadas. La estadística es la ciencia que permite a los administradores tomar decisiones en condiciones de variabilidad o de incertidumbre.

W. Edwards Deming, un pionero en métodos estadísticos para el control de calidad, señaló que en Japón, las estadísticas para administradores de empresa tiene una importancia relevante. De acuerdo a esto, quienes más han avanzado han sido aquellos para quienes el uso de la estadística se ha convertido en una herramienta básica y fundamental.

La importancia de la estadística en la toma de decisiones

Con base en mi experiencia, las tres causas principales por las cuales los directivos fracasan en la solución de problemas son: a) porque no disponen del tiempo suficiente para resolverlos; b) por la falta de preparación en el uso de métodos cuantitativos para la mejora; y c) por la carencia de una actitud y consciencia orientada a fomentar la mejora continua.

Por lo tanto, para garantizar el éxito del proceso administrativo es de vital importancia para los directivos desarrollar el pensamiento estadístico, es decir fortalecer sus habilidades directivas con base en el uso de métodos cuantitativos, así como, establecer un sistema de medición para el tratamiento de datos, donde éstos se conviertan en información útil para la toma de decisiones, para planear, administrar y controlar, así como la mejora continua de la organización.

Concluyo con la frase de William Thomson Kelvin que resume uno de los pilares de los sistemas de gestión: Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.

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