CENTENARIOS MEXICANOS (V).

José Luis Martínez es el crítico literario e historiador de las letras mexicanas más influyente del siglo XX. Gabriel Zaid lo denominó: “El curador de las Letras Mexicanas”, a través de los libros de José Luis Martínez podemos conocer de manera completa la historia literaria de México en sus diferentes etapas, en esta ocasión en los festejos del centenario del escritor tapatío, recorreremos la historia de la literatura mexicana del siglo XIX vertida en el libro titulado: “La expresión nacional”.
El libro fue publicado en 1955 y en las siguientes ediciones la obra se fue enriqueciendo mediante las aportaciones del escritor. “La expresión nacional” es un libro de lectura clara, amena, contiene gran cantidad de ensayos, estudios, biografías, reseñas, temas, autores, personajes, acontecimientos, puntualizando que todo lo abordado está enfocado al tema de la literatura mexicana del siglo XIX, que prácticamente representa ser el nacimiento de nuestras letras.
Una vez consumada la lucha de Independencia de México contra el Imperio español, nuestra nación tendrá el objetivo de consolidar y organizar su nueva forma de Gobierno, vinieron años de luchas, guerras, levantamientos, intervenciones, reformas, asesinatos, los liberales querían un gobierno republicano, los conservadores un sistema centralista, y mientras esto sucedía en la vida política de nuestro país, la cultura y la literatura mexicana no estaban exentas de esta problemática, al igual los hombres de letras que también participaban en la política, buscaban una identidad nacional a través de la cultura, del arte, de la literatura, esto es precisamente lo que encontraremos en la obra de José Luis Martínez, un enorme recorrido por todo el ambiente literario del México post independiente.
En la obra conoceremos una amplia gama de autores y movimientos literarios, no obstante, el escritor diseñó una estructura de cuatro etapas culturales esenciales del siglo XIX, y que serán fundamental para la comprensión de la obra y ubicación de los escritores, movimientos, libros, acontecimientos, y evolución de las letras mexicanas, por ser estas etapas fundamentales me permitiré comentarlas y explicar su división:
La primera etapa es de 1810 a 1836, esto implica que nos encontramos en el inicio del estallido de la Independencia de México, el proceso de lucha y consolidación con los Tratados de Córdoba, la primera Constitución de México y su primer Presidente, el fugaz Imperio de Iturbide, hasta la llegada al poder de Antonio López de Santa Anna. Esta etapa es importantísima porque en lo literario nos encontramos con la primera novela del México Independiente y la primera novela de Hispanoamérica, me refiero al “Periquillo Sarniento” de José Joaquín Fernández de Lizardi.
José Luis Martínez explica de manera muy clara que en los trecientos años de dominio español, el género de la novela fue prohibido en nuestro continente y precisamente: “El Periquillo Sarniento”, representa los inicios de la libertad, la crítica, la forma propia de sentir, pensar, escribir, el estilo original de moralizar, educar, y, sobre todo, llegar a la mayoría de edad que es sinónimo de razonar con nuestro propio entendimiento, literalmente expresa.
“El cambio debió parecer demasiado radical para los lectores de la época. En aquella novela se describían los suburbios de México y en ocasiones sus más atroces recovecos, con los léperos y los más humildes y pintorescos menestrales y malvivientes de aquel submundo: loceros, aguadores, barberos, ladrones, traperos, mendigos, jugadores, y cócoras, y se reproducía fiel y naturalmente el habla de estos personajes con sus mexicanismos, incorrecciones y germanías. El cambio era, en efecto, radical; era el paso de una literatura amanerada e inocua a esta manera de dar voz al pueblo y escribir como él habla. José Joaquín Fernández de Lizardi, el Pensador Mexicano, autor de aquel vuelco, marcaria con su obra una de las orientaciones más persistente en la cultura mexicana.”
La segunda etapa va de 1836 a 1867, aquí además de seguir con las luchas internas por la forma de gobierno que imperará en la nueva nación, José Luis Martínez comenta que los personajes que actúan en este escenario, forman parte de la primera generación nacida ya en el México Independiente, estos jóvenes como Benito Juárez, Guillermo Prieto, Vicente Riva Palacio, etc. Convivirán con algunos de los padres del periodo de la lucha de Independencia, entre ellos, Don Andrés Quintana Roo, y en el campo cultural fundarán, por ejemplo: “La Academia de Letrán”, Ignacio Cumplido en 1841 funda el periódico “Siglo XIX”, y Vicente García Torres “El Monitor Republicano”, dos grandes periódicos que fueron pilares en la vida política, cultural y social de nuestro entonces joven país.
En esta misma segunda etapa ya nos encontramos con escritores importantes que fueron enormemente influidos por el romanticismo. Escribieron poesía, teatro, novelas, y este movimiento literario se vio reflejado tanto en su obra como en su vida, el ejemplo más recordado es el del joven poeta Manuel Acuña, quien se suicida a los veinticuatro años de edad por un apasionado amor no correspondido, dejando un hermoso poema a su amada Rosario de la Peña, titulado: “Nocturno”:
“¡Pues bien!, yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto, y al grito en que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión. Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás; y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos, bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te quiero mucho más.”
La tercera etapa se ubica de 1867 a 1889. Estamos ya en pleno triunfo de los liberales con el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo en el cerro de las campanas, y el fin de la intervención francesa, el restablecimiento de la República democrática y nuevamente entra en vigor la constitución política de 1857. En esta etapa ya tenemos una incipiente pero rica historia literaria con los neoclásicos y románticos, y en este periodo entra en acción el gran Maestro Ignacio Manuel Altamirano, fundando una importante revista literaria como lo fue “El Renacimiento”. Se escribirán novelas, cuentos, teatro, donde buscan como tema central desarrollar una literatura nacionalista, independiente, para Manuel Gutiérrez Nájera, el Maestro Altamirano ha sido: “El Presidente de la República de las Letras.”
Y, finalmente, llegamos a la cuarta etapa literaria del siglo XIX mexicano ubicada de 1889 a 1910. En esta etapa nace un movimiento literario netamente latinoamericano de enorme influencia en México llamado el Modernismo. El poeta nicaragüense Rubén Darío es el padre del modernismo, movimiento que en México fue bien recibido, porque si bien seguíamos en busca de una forma de pensar propia, el modernismo nos venía a enseñar que teníamos la necesidad de abrirnos a los temas del mundo: “El país era ya nuestro, también artísticamente, y podíamos por tanto interesarnos con libertad por el mundo entero, antiguo y moderno.”
Lo anteriormente desarrollado son las cuatro etapas en las que divide el crítico José Luis Martínez la historia literaria mexicana del siglo XIX, a partir de aquí, podremos disfrutar de una gran cantidad de artículos ensayísticos, reseñas biográficas, guiados por la pluma de un curador literario único e inigualable, el erudito escritor José Luis Martínez.
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