CENTENARIO DE JOSÉ FUENTES MARES.
José Fuentes Mares (1918-1986) fue uno de los prolíferos historiadores mexicanos del siglo XX. Gran parte de su obra está centrada en narrar los acontecimientos históricos del siglo XIX, siendo un experto en el juarismo y dedicando especial atención al proceso de Reforma, los gobiernos republicanos de Benito Juárez, la Intervención francesa, este interés incluye obras históricas sobre Lerdo de Tejada, Miramón, aclarando que sin llegar a conocer todos sus libros, les comparto que tiene una abundante obra publicada y en esta ocasión el libro con el que recordaremos al connotado escritor se titula: “Cortés, el hombre.”
El libro fue publicado en 1981 por la Editorial Grijalbo, por esos años José Fuentes Mares era comentarista del noticiero “24 horas”, y causó tanto interés y polémica el libro, que provocó que en el programa “Contrapunto” conducido por Jacobo Zabludovsky, se debatiera el tema: “Cortés, ¿Héroe o villano?”. En la mesa de debate se encontraban expertos intelectuales e historiadores con posturas a favor y en contra, entre los presentes se recuerdan al propio escritor José Fuentes Mares, Eduardo Matos Moctezuma, Jesús Sotelo Inclán, como defensores de la figura de Cortés, y por otra parte se encontraban Don Andrés Henestrosa y otros intelectuales, siendo fuertes opositores al legado histórico del conquistador español.
La obra: “Cortés, el hombre”, es considerada una biografía histórica, rigurosa, seria, muy documentada y fundamentada, y aunque en momentos pareciera que estamos leyendo una novela histórica, es importante no olvidar que es un estudio biográfico documentado y por supuesto interpretado. Por lo antes mencionado, José Fuentes Mares va narrando la vida de Hernán Cortés apoyándose en gran cantidad de libros leídos sobre este personaje histórico, aquí nos encontraremos con parte de lo narrado por Bernal Díaz del Castillo, Bernandino Vázquez de Tapia, Fray Bartolomé de las Casas, Fray Bernardino de Sahagún, en general son varios autores, libros, cartas, códigos, ordenanzas, los que utiliza el Maestro Fuentes Mares para presentarnos al personaje Hernán Cortés de carne y hueso:
“Aquí está el Cortés de cuerpo y sombra enteros: oidor de misas tan adicto a las mujeres que algunos le tuvieron más por gentil que por cristiano: hacedor de coplas en prosa y verso, de linaje hidalgo, aunque pobretón y pueblerino. Tipo de muchas caras, porfiado, seguro de contar con Dios a su lado, Cortés fue sobre todo un actor excepcional, simulador fuera de serie.”
Precisamente la palabra simulación no cabe en la obra de Fuentes Mares, porque a pesar de cierta admiración que muestra el escritor por el conquistador, nos presenta a Hernán Cortés con defectos y virtudes, grandezas y miserias, al hombre que utiliza la violencia y crueldad excesiva cuando es necesario, y la fe cristiana como base de su conquista, un conquistador leal a la Corona española, pero ambicioso a más no poder, un hombre de su tiempo, magnánimo y cruel, religioso y codicioso en todos sus actos, un personaje que cambió la vida de nuestros antespasados y somos productos de ese hecho histórico, porque hoy llevamos la misma sangre mestiza, la misma lengua, y compartimos la misma historia.
Las páginas de: “Cortés, el hombre” además de provocar polémica, es un libro de enorme valor en cuanto a la información histórica, en la lectura haremos un recorrido por la primera expedición a tierras mexicanas dirigidas por Francisco Hernández de Córdoba en 1517, el segundo viaje comandado por Juan Grijalva, llegando hasta lo que hoy se conoce como San Juan de Ulúa y la Isla de Sacrificios, y el tercer viaje emprendido por Hernán Cortés en 1519, que concluirá con la conquista del entonces Imperio Azteca, los tres viajes fueron financiados por el Gobernador de Cuba Diego Velázquez e incluso las expediciones partían de la ciudad de Santiago de Cuba.
Una vez siendo Cortés el principal protagonista del encuentro con nuestros antepasados y el responsable de la conquista del México Tenochtitlan, en la obra acompañaremos a Cortés en todas sus aventuras, en triunfos y derrotas, partiendo de un hecho considerado piedra angular en todo este proceso y es cuando Cortés legitima su poder fundando la Villa Rica de la Vera cruz, puntualizando que Cortés partió de Cuba siendo subordinado del Gobernador Diego Velázquez, y el objetivo central del viaje era el rescate de algunos compañeros que no habían regresado del segundo viaje emprendido por Juan Grijalva, sin embargo, Cortés siempre tuvo claro que iba a conquistar y para ello debía legitimar su poder, por lo cual Fuentes Mares nos cuenta que:
“En la llamada Primera Carta de Relación, del 10 de julio de 1519, dirigida a la reina doña Juana y al emperador Carlos por el regimiento de la Villa Rica de la Vera cruz, se relata el episodio como sigue: Y acordado esto nos juntamos todos, y acordes de un ánimo y voluntad hicimos un requerimiento al dicho capitán (Cortés) en el cual dijimos: que pues él veía cuanto al servicio de Dios Nuestro Señor y al de vuestras majestades convenía que esta tierra estuviese poblada… le requerimos que luego cesase de hacer rescates de la manera que los venía a hacer, porque sería destruir la tierra en muchas maneras y vuestras majestades serian en ello muy deservidos, y que así mismo le pedíamos nosotros de hacer y fundar, alcaldes y regidores en nombre de vuestras reales altezas…Y hecho este requerimiento, el dicho capitán dijo que al día siguiente nos respondería…luego otro día nos respondió diciendo que su voluntad estaba más inclinada al servicio de vuestras majestades que a otra cosa alguna, y que no mirando al interés que a él se le siguiera si prosiguiera en el rescate… le placía y era contento de hacer lo que por nosotros le era pedido. Y luego comenzó con gran diligencia a poblar y fundar una villa, a la cual puso por nombre la Rica Villa de la Veracruz, y nombrónos a la que la presente suscribimos por alcaldes y regidores de dicha Villa, y en nombre de vuestras reales altezas recibió de nosotros el juramento y solemnidad que en tal caso se acostumbra y suele hacer.
Al siguiente día, en nombre de doña Juana y don Carlos, en tanto ellos no dispusiesen otras cosas, los alcaldes y regidores designados por Cortés le nombraron Justicia Mayor y Capitán General, cargos que el capitán juró cumplir en nombre de Dios.”
Aquí ya tenemos a un Hernán Cortés auto legitimado y empezará toda una odisea por conquistar las tierras mexicas en favor de la corona española y en crecimiento de su propio poder, viviremos el pacto de Cortés con los tlaxcaltecas, conoceremos de cerca el actuar de doña Marina, presenciaremos la cruel matanza perpetuada en el centro ceremonial de Tlatelolco, el rendimiento de Moctezuma, la prematura muerte de Cuitláhuac, el ascenso al poder de Cuauhtémoc, la noche triste de Cortés, y la victoria final que nos dejará trescientos años de dominio español, una cultura, una religión, y una lengua castellana.
Finalmente, independientemente a nuestras posturas, los efectos de la conquista son una realidad dada, tenemos que aprender a vivir y convivir con ella, y el primer paso es reconocerla como parte de nuestro pasado que influye en nuestro presente, porque mínimo hablamos la mayoría la misma lengua…
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