*El mentiroso siempre es prodigo en juramentos. Camelot.

CON TINTA SANGRE DEL CORAZON

Cuando la Cuarta Transformación triunfó y el ganador se elevó a los altares de la patria, lo primero que hizo el presidente electo fue encaminar sus pasos a Palacio Nacional, a ver y estrechar la mano a quien le había abollado la corona y dejó a su candidato mordiendo el polvo en tercer lugar. Llegó una mañana como Carlos I y no se quitó el sombrero, porque no llevaba. Entró a Palacio como Clark Kent y salió como Supermán, levitaba. Lo que allí acordaron entre risas y chascarrillos, solo ellos lo saben. Terminó el affaire de engaños y se retrataron ambos equipos. De un lado, los corruptos, del otro los puros; de un lado los austeros, del otro los manirrotos (aún no llegaban las fotos de la boda del Hola de César Yañéz). Todo era Disneylandia. El ratón Miguelito y Mickey Mouse por ahí merodeaban, entre los pasillos de la patria. Los del lado malo decían: ‘Si te vienen a contar cositas malas de mí, manda a todos a volar y diles que yo no fui’. Se rumoraba que adentro, bajo un retrato de Juárez y Morelos, para darle coba al visitante, habían firmado Peña y AMLO los acuerdos mejor que los de Versalles y los de Yalta, cuando los grandes se repartieron el mundo. Dicen que fue un juramento firmado con tinta sangre del corazón, como canción de Julio Jaramillo. Pero más tarde que temprano el gozo se fue al pozo. AMLO salió ayer a la tele a decir que los corruptos lo habían engañado. Mira nomás.

UNO: que el Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México (NAICM) no tiene el 35 por ciento de avance, solo el 20% (primera mentira)

DOS: Que el dinero público no se iba a solicitar y ya pidieron otros 88 mil millones de pesos (segunda mentira)

TRES: Que nadie iba a publicitar la obra del aeropuerto y el inefable y mamón Gerardo Ruiz Esparza lo tiene en todas las televisoras (tercera mentira)

CUARTA: Que despidieron a un soplón, un garganta profunda general militar de la Fuerza Aérea, que les dio las coordenadas y los chismes como el de Watergate del aeropuerto de Santa Lucia. Y que él lo reinstala en cuanto llegue, faltaba menos (cuarta mentira)

El hombre de la Cuarta Transformación salió feliz, como la cajita feliz de Mc Donalds y, ahora, a los meses de ese encuentro, ahora lo recuerda, por poco sale de Los Pinos cantándole aquella rola de: ‘Voy viviendo ya de tus mentiras. Miénteme mas, que me hace tu maldad feliz’. Al segundo de a bordo, caminando fuera de Palacio, el de la suntuosa y millonaria boda, César Yañéz, el tabajqueño le dijo, al oído, en corto: ‘no les creas nada, acuérdate cómo han engañado al país por años’. Premonitorio el mensaje a la Monny Vidente. O Walter Mercado.

La gente de Peña Nieto así es. Qué esperaba, que le hablaran con la verdad, que Gerardo Ruiz Esparza le dijera la neta. Esa obra, según dijo Ciro Gómez Leyva, peligra porque AMLO no se va a ir contra los de Atenco, y es probable que vean otras opciones. Una más, David Páramo le puso una revolquiza de su tamaño a Ruiz Esparza, lo tachó de corrupto, ineficiente, ineficaz, traidor, cínico, come-cuando-hay, ojáis, malo, pues.

Como en las películas gringas: to be continued.

EN EL FAUNITO YO CON YUNES

Muy temprano por la mañana, diría un clásico, recibí llamada vía WhatsApp del Fiscal, Jorge Winckler Ortiz, preguntaba cómo estaba el tiempo, porque volaría acompañado del gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, a la entrega del rancho El Faunito, en Fortín de las Flores, esa joya en la vegetación que cuando caminas solo, como lo hice yo mero porque llegué una hora antes, te sientes Tarzán en la Selva, y solo te falta Chita al lado. Invitó a que le acompañara y ahí me tenéis a eso de las 11 de la mañana, para ver llegar al Góber con el secretario, Rogelio Franco Castán, y el Magistrado Presidente, Edel Álvarez Peña, y la diputada María Elisa Manterola Sáinz, o sea los tres poderes de Veracruz, para realizar la ceremonia de entrega al Conacyt de ese rancho fastuoso y bello para que Conacyt lo convierta en un sitio donde la Ciencia y la Tecnología y la Ecología, se hablen de tú con la modernidad. Concurrían, además del director del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, los alcaldes de Fortín, Antonio Mansur Oviedo, anfitrión; Orizaba, Igor Roji; Ixtaczoquitlán, Miguel Ángel Castelán y faltó, Leticia López Landero, presidenta municipal de Córdoba, quién sabe qué mosca le picó, que faltó a la cita. El Fiscal Winckler, el orizabeño Alejandro Zairick Morante, titular de la Sedecop, el de Turismo, Leopoldo Domínguez Armengual; Guillermo Moreno Chazzarini, de Finanzas, y mi paisana, Mariana Aguilar López, Secretaria del Medio Ambiente, terrablanquense a mucha honra y una gente de gran trabajo en este gobierno. Logré saludarla cuando saludé al góber, historia que escribo para mañana, al pie de esa barranca del Metlac.

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