«Pocos personajes en la vida musical de Veracruz guardaban tan clara conciencia de su propio potencial artístico. Fernando Avila Navarro era poseedor de una capacidad que él mismo se encargó de mantener alejada de las «tentaciones», como la propuesta de Carlos Chávez en 1973 para encabezar la titularidad de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, posibilidad que nunca le atrajo del todo. En 1968 fungió brevemente como director adjunto de esa emblemática institución. Sí fue Director de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Estuvo al frente de la Orquesta de Cámara de Viena, y en 1980 el gobierno de Australia le condecoró con la Gran Cruz de Honor.. Hasta pronto, querido Fernando», escribe Jorge Vázquez en «Universo» de la UV. De nuestra parte, un abrazo cariñoso a Liliana Calatayud y familiares.