Miles de migrantes centroamericanos esperaban anoche hacinados en un puente entre la frontera de México con Guatemala que autoridades mexicanas les permitieran entrar al país y continuar su travesía hacia Estados Unidos. Al mismo tiempo, el Presidente estadounidense Donald Trump, insistía en que México debe detener la caravana, integrada entre 4 o 5 mil personas, que en su mayoría salieron el sábado pasado de San Pedro Sula, en la costa atlántica hondureña. «Por el momento agradezco a México. Pero si eso no funciona, llamaremos a nuestros militares», señaló Trump. La nota es de Edgar Hernández en «Reforma».