AUNQUE no se trata de la sucesión gubernamental, la cual no tarda, pues en tan solo veinticinco días, será una realidad constitucional, la renovación del Congreso del Estado, con la entrada de la nueva legislatura, se considera el inicio de una nueva era política en Veracruz, que conjuntamente con el Congreso Federal, que ya esta en funciones, se va definiendo, de alguna manera, lo que se busca en el futuro, es decir, llegar a la famosa cuarta transformación del país, bajo un sistema político que no es nuevo, pero que tiene ciertos ingredientes en este sentido que, prácticamente, no se habían visto en los últimos años dentro de la vida política de la entidad.

Una nueva Legislatura que se integra, por primera vez, con una gran mayoría de un partido que apenas, propiamente, comenzó a figurar en el escenario político nacional y que debido al repudio hacia los demás partidos políticos, se ha colocado, desde ahora, como la organización política que va a definir, cuando menos, en los próximos seis años de gobierno, una visión política distinta, supuestamente, a la que ha existido en todo lo largo y ancho del territorio nacional.

Los partidos políticos tradicionales, quedaron, por así decirlo borrados del mapa político de la entidad, pues ninguno de ellos tendrá la capacidad numérica para poder atajar la serie de acciones que partirán, como en cascada, desde el poder alcanzado por un partido y su gente, la mayoría de ellos, desconocida para el pueblo veracruzano, pero que forman la esperanza de un mejor Veracruz, recuperando lo que tiene y lo que vale.

Hoy, efectivamente, se entiende, que una nueva era política comienza a vislumbrarse con la llegada de los nuevos diputados, pero no aquellos políticos tradicionales que siempre vieron en estas funciones, la oportunidad de beneficiarse, dejando al pueblo con las mismas promesas, con la desesperación en sus manos y con la tristeza de haber sido engañados, una y otra vez, como ya ha quedado en constancias.

Con la nueva diputación, la mayoría en manos de Morena, partido que también, llevará al Poder Ejecutivo, a un hombre nacido en sus propias filas, el Estado, tendrá una nueva oportunidad de renacer hacia un nuevo futuro político, económico y social que lo ponga, nuevamente, entre los Estados de la República, más importantes por su economía, por su producción, por su gente, por sus tradiciones y por su enorme prestigio de ser una de la entidades donde la cultura ha tenido arraigo y donde se le ha dejado de valorar como lo que es, un estado pujante que genere bienestar para todos y no para unos cuantos, solamente.

Esta es la esperanza de quienes votaron por Morena, pero también es la esperanza de los que no votaron por este partido, pero que son veracruzanos, que están dispuestos a jugársela con quien los encamine por el mejor sendero del trabajo y de la recuperación de la paz y la tranquilidad, tema que sin duda, es un enorme reto para quien gobernará a nivel estatal, pero que tiene que seguir los lineamientos nacionales para que, conjuntamente, se logre uno de los más anhelados sueños, es decir, el de vivir dentro de la paz y la tranquilidad, dentro del marco de la ley, pero en condiciones de seguridad, porque de otra manera, el Estado, sus mismos habitantes, no podrán avanzar hacia el futuro y al desarrollo estatal y nacional, sino hay de por medio la plena garantía de que lo harán dentro de un escenario tranquilo, sin que nadie afecte su libertad, su vida, sus bienes y la propia convivencia familiar-

La nueva era política, comienza hoy en Veracruz, con una nueva visión legislativa, previo panorama de lo que será, sin duda alguna, la futura administración estatal, que es, también, la más comprometida con su gente, con su pueblo, con su estado y nación, para responder con resultados positivos a quien los puso en este lugar, contratados a través del voto popular.

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A PARTIR DE ESTE día, también, debe preocupar más a los partidos políticos que se han convertido en oposición, dentro del Congreso local, en virtud de que su escasa presencia los obligará a pensar más en las próximas elecciones con la finalidad de lograr un mayor número de posiciones.

Para el Partido Revolucionario Institucional, es una tristeza política, verse representado con tres escaños, cuando su presencia era mayoritaria y cuando menos de mayor peso político. Hoy, sus condiciones son preocupantes, porque no tendrán oportunidad de hacer nada por sí solos, pues para poder subsistir tendrán que aliarse con Morena, con el partido que más podría tener una mejor relación política, después de los encontronazos políticos que ha tenido con el PAN, durante estos dos recientes años en que fue evidenciado, ofendido e insultado por quien tampoco entendió la posibilidad de los cambios que se darían. Hoy, los dos partidos han dejado de ser representativos y tendrán, necesariamente que ajustarse a las nuevas condiciones políticas que se tendrán en el Estado, tanto en la legislatura local, como también en su quehacer político frente a una nueva administración estatal.

Es por eso que el PRI, al buscar renovar su dirigencia estatal, debe pensar también, en lo que tiene que hacer para poder recuperar algo de lo perdido, desechando a quienes, como ya se sabe, fueron los artífices de su propia destrucción.

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HABLANDO DEL PRI, no hay que perder de vista al Ex candidato a la gubernatura del Estado, Pepe Yunes, quien no se declara vencido totalmente, sino que considera que solamente se ha perdido una batalla, pero no la guerra.

Y es que, efectivamente, Pepe Yunes, tiene mucho que dar y no esta comprometido con nadie, pues es un político de convicciones, eso sí, pero también dispuesto a mantenerse en el ámbito político de la entidad, de tal manera, que no sería ninguna sorpresa que en cinco años ya se le viera nuevamente en busca de la posición gubernamental, que desde luego, forma parte de sus sueños políticos.

Es uno de los valores políticos a quien aprecian todos, lo que servirá para que en futuros tiempos, pueda tener la oportunidad de volver al escenario político con más fuerza y decisión, pues ya se dio cuenta, perfectamente bien, quien le falló, quien lo traicionó y quienes sigues siendo sus fieles seguidores, entendiendo que en política, la lealtad tiene un alto precio, tanto a su persona, como a su propio partido, donde tuvo que luchar con las fuerzas internas que le obstaculizaron permanentemente su ascenso político. El propio Pepe Yunes, sabe bien de que personaje se trata.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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