Los líderes internacionales invitados a la Cumbre del Grupo de los Veinte (G20) que se realizará en Argentina a finales de noviembre, llegarán a un país sumido en una crisis económica que combina recesión, devaluación, inflación, endeudamiento y aumento de la pobreza.
Este escenario era impensable hace un año, cuando el presidente de Argentina, Mauricio Macri, asumió la presidencia del G20 que integran los países desarrollados y emergentes.
En ese momento, Macri seguía trabajando en su intento por reposicionar al país sudamericano en el escenario global, por lo que fue un éxito que obtuviera la sede de la Cumbre del G20, que por primera vez se realizará en Sudamérica.
Ahora, en cambio, el presidente tendrá poco para presumir el 29 de noviembre, cuando comience a recibir a gobernantes como Donald Trump (Estados Unidos), Vladimir Putin (Rusia), Angela Merkel (Alemania), Justin Trudeau (Canadá), Xi Jinping (China), Theresa May (Reino Unido), Emmanuel Macron (Francia) y Shinzo Abe (Japón).
En diciembre de 2017, el gobierno macrista anunció que para 2018 habría una inflación del 10%, aunque luego aumentó las previsiones al 15 por ciento.
Sin embargo, luego de la crisis cambiaria que estalló este año, la inflación rondará el 50 por ciento, una cifra récord que impacta de manera negativa en el poder adquisitivo de los argentinos.
Cuando asumió la presidencia del G20, Macri había enviado al Congreso un presupuesto que preveía un crecimiento económico del 3.5 por ciento durante 2018.
Pero en vez de crecer, la economía se desplomó, entró en una espiral de recesión y ahora se espera una caída anual de 2.8 para 2018 y del 1.7 por ciento para 2019, un año en el que el presidente buscará la reelección.
Respecto al dólar, el gobierno confiaba en que este año alcanzaría un precio promedio de 19.30 pesos, pero luego de dos corridas cambiarias hoy vale 34.80 pesos, aunque en el peor momento de la crisis llegó a superar los 40 pesos.
Para sortear la crisis, Macri pidió de manera sorpresiva un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que luego de una renegociación, será de 57 mil millones de dólares, lo que incrementa la deuda del país sudamericano que ya representa el 70% del Producto Interno Bruto (PIB).
Una de las principales promesas de campaña del presidente fue lograr la “pobreza cero”, pero la pobreza durante 2018 ya creció del 27 al 30% y se profundizará todavía más en 2019.
El mayor temor del gobierno es que, en plena campaña por la reelección de Macri, la pobreza supere el 33 por ciento que recibió de la pasada gestión de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Sin logros económicos en su haber, la apuesta de Macri en el G20 pasa por obtener el respaldo político internacional necesario para seguir aplicando sus políticas de ajuste del gasto público.