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SINEMBARGO.MX

Una combinación de calor, sequía y algas tóxicas contribuyó a la muerte de 48 manatíes en el estado de Tabasco, informaron las autoridades ambientales.

Los activistas habían expresado su preocupación de que los pesticidas o las fugas de pozos petroleros hubieran tenido algo que ver con la muerte de los mamíferos parecidos a focas en esa entidad con litoral en el Golfo de México.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)  informó hoy que el Comité Interinstitucional para la atención de la contingencia concluyó que la causa probable de la mortandad de los manatíes se debió a múltiples factores que los llevó a una situación de estrés y les causó la muerte.

En reunión del comité conformado para la atención de la contingencia relacionada con la muerte de manatíes, los integrantes de cada grupo dieron a conocer los resultados de sus trabajos en materia de monitoreo de organismos vivos, necropsias y análisis de laboratorio, así como de calidad de agua y verificación de instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) e industria en la zona.

Una combinación de calor, sequía y algas tóxicas contribuyó a la muerte de 48 manatíes en el estado de Tabasco, informaron las autoridades ambientales. Foto: Cuartoscuro.

“Los múltiples factores se debieron a un proceso en el que concurrieron la presencia de patógenos diversos en los manatíes, la toxicidad de metales pesados en el ambiente, plaguicidas y las condiciones ambientales presentes en el periodo, como sequía, altas temperaturas, retraso de la época de lluvias y condiciones en agua de alcalinidad y exceso de nutrientes.

“Lo anterior favoreció un florecimiento de algas nocivas generadoras de cianotoxinas, que provocó una situación de estrés y como consecuencia la muerte de los sirénidos y otras especies como pez diablo y carpas herbívoras”, se detalló.

Profepa recordó que entre el 18 de mayo y 26 de octubre del 2018, se registraron 48 cadáveres de manatíes, en el estado de Tabasco, de los cuales se encontraron: 25 en Macuspana, 11 en Centla, seis en Jonuta, tres en Centro, uno en Paraíso y uno en Balancán.

Por lo anterior, el Comité para la Atención de la Contingencia realizó 35 estudios a muestras de organismos, agua, sedimentos y plantas, en laboratorios del Senasica, Imta, Conagua, Itbc, la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM, CINVESTAV, SERNAPAM y otros laboratorios privados, a fin de determinar la causa probable de la mortandad de manatíes.

“Los estudios y monitoreo del área determinaron un ambiente contaminado y condiciones climáticas adversas, además de la presencia de cuatro especies de cianofíceas (algas verde-azuladas), generadoras de cianotoxinas de alta peligrosidad.

“Los especialistas e investigadores identificaron factores que explican el desarrollo de numerosos florecimientos de cianofíceas a lo largo del sistema de Bitzales; encontraron como principal vía de intoxicación por diferentes especies de peces y manatíes, la alimentación como el elemento crítico.

Los registros del comité coordinado por Profepa resaltaron que el 68 por ciento (33) de los hallazgos de muerte de manatíes fueron en la zona conocida como Bitzales, en los municipios de Centla, Macuspana y Jonuta, específicamente en el Río Bitzales y los arroyos Maluco y Naranjos.

La mayor incidencia ocurrió entre los meses de julio y agosto con el registro de 17 y 11 cadáveres, respectivamente. En mayo hubo cuatro, en junio 7, durante septiembre 6 y en octubre 3.

Más del 70 por ciento de los cadáveres encontrados correspondían a edad juvenil o pre adulto, con longitudes menores a los 2.60 metros.

Por ello, el 21 de junio de este año, se convocó a los integrantes de la Red para la Atención de Varamientos de Mamíferos Marinos en el Estado y conformar el Comité para la Atención de la Contingencia.

“Las hipótesis planteadas por el Comité fueron: ataque entre congéneres por época de apareamiento; Intoxicación por presencia de agroquímicos, hidrocarburos, microalgas y cianobacterias; falta de alimento y desnutrición; ejemplares contagiados con agentes patógenos, y colisiones con embarcaciones menores.

“Por ello, se organizaron equipos de trabajo de campo para implementar un plan de rescate de ejemplares vivos, de monitoreo y atención inmediata de organismos vivos y muertos.

De un total de 35 estudios, 24 fueron en materia de patología, toxicología, bacteriología, biometría hemática, bioquímica, serología e inmunología. Los 11 restantes a calidad de agua, biota y sedimentos para analizar parámetros fisicoquímicos, microbiológicos, agroquímicos, hidrocarburos, fertilizantes, coliformes, bioxinas y microalgas.

Los resultados de laboratorio arrojaron la presencia de metales pesados (cadmio y cromo) en muestras de un cadáver de manatí, de un ejemplar capturado vivo y en peces; la misma presencia de metales pesados (aluminio, vanadio, cadmio, cromo y níquel) se encontró en muestras de agua, raíces y sedimentos.

Sin embargo, las concentraciones de contaminantes arriba señalados se reflejaron inferiores al límite de posible afectación a la vida acuática o por debajo de los límites permisibles de las normas mexicanas, por lo cual no determinaron la intoxicación aguda de los manatíes o dieron explicación de ser la causa de la muerte.

Acorde a los resultados preliminares de presencia de contaminantes que no fueron causa de la muerte de manatíes, se inició un diagnóstico de florecimientos de algas nocivas considerando la presencia de parámetros ambientales como sequía, altas temperaturas, coloración del agua y lesiones en cadáveres de manatíes.

Por lo que se determinó la presencia de cuatro especies de cianofíceas (algas verde-azuladas) generadoras de cianotoxinas de alta peligrosidad, además se identificaron factores que explican el desarrollo de numerosos florecimientos de cianofíceas a lo largo del sistema de Bitzales.