DICEN Y DICEN bien, que al mexicano, no se le puede restringir su libertad, porque salta de inmediato, pero tampoco que le peguen en donde mas le duele y que es precisamente su propia bolsa. Pues bien, este es el asunto que se ha estado discutiendo en los recientes días, debido a las disposiciones que limitan los sueldos de los trabajadores por el hecho de que el futuro Presidente de México, se haya fijado un sueldo de ciento ocho mil pesos y que nadie podrá ganar más que él, tratándose de servidores públicos.

La cuestión está en que, como ya hemos comentado mucho en este espacio, que los funcionarios de gobierno, tanto de primer nivel como de segundo y quizá, hasta tercero, la afectación no será tan grave, por la sencilla razón de que son servidores públicos que tienen, de alguna manera, acceso a los recursos que manejan en calidad de presupuesto y aunque no será, como en otros tiempos, en que tales recursos eran desviados para otros menesteres, incluyendo, desde luego, cuantiosas cantidades que se fueron a la bolsa de dichos personajes, sí tendrán la oportunidad de hacerse de algunas piscachitas que le completen el sueldo.

¿Pero, y los demás, aquellos que no tendrán de donde tomar ni siquiera para un café, esos que tienen solamente su sueldo y del cual dependen junto con su familia para subsistir?, pues esos que se amuelen, porque serán la justificación futura de una reducción establecida legalmente.

Pero fuera de estas consideraciones, quienes tienen todavía un salario superior a la cantidad aprobada como sueldo para el Presidente, ya están renunciando a sus ocupaciones y se irán a buscar empleo en la iniciativa privada, donde puedan continuar haciendo su labor especializada y que les redunde, cuando menos, un poco más de lo que ahora ganarán, si se quedan en el mismo puesto que han tenido.

Es, sin duda, toda una complicación económica para tantos trabajadores que se han mantenido por muchos años, acumulando derechos y llegando a un salario digno, de acuerdo a los conocimientos que tienen y a la especialidad que realizan dentro de las actividades del propio gobierno. Esta es una de las grandes razones para que una gran mayoría de personajes, considerados talentosos, se vayan, incluso del país, en busca de mejores oportunidades de vida y que les paguen de acuerdo al trabajo que realizan.

Ya se tienen noticias de la fuga de cerebros en el país, así como de todos aquellos que se han venido formando dentro del quehacer público, pero entregados a una misión especial, por la cual han estado recibiendo un salario alto, que desde luego, ahora, sería rebasar el que le corresponderá al futuro mandatario nacional, cuya cantidad de ciento ocho mil pesos, no es nada comparable a otros ingresos que pueda tener, sin querer decir con esto que vaya a ser otro Presidente más que se dedique a robar y no a administrar sabiamente los recursos de la nación, como beneficio general de todos los mexicanos.

Y es que tanto ha preocupado esta situación a los mexicanos en general, que ya ven la amenaza de cerca de que sus salarios sufrirán, además, reducciones considerables, en función de la aplicación de la austeridad republicana, que no les permitirá ni siquiera tener los ingresos que ahora perciben.

Y vaya que han surgido las inconformidades, porque se trata de un duro golpe a la bolsa de cada uno de los servidores públicos, los cuales no están de acuerdo, por lo que muchos de ellos están renunciando a sus cargos, porque además, ya existe la posibilidad de que les digan simplemente que si no están de acuerdo, pues que se vayan y muchos de ellos, como ya hemos comentado, han preferido dejar desde este momento su trabajo.

Lo bueno, dicen todavía algunos servidores públicos, que la ley establece que el Presidente de la República, ganará ciento ocho mil pesos y que de ahí nadie podrá ganar más, pero que tal que al Presidente electo, próximamente en funciones, se le hubiera ocurrido, fijarse una cantidad más baja o de plano renunciar a su salario, para dar certeza a la austeridad republicana, entonces hasta donde los servidores públicos, aceptarían la reducción proveniente de estas disposiciones.

Pero, bueno, todo estaría bien, si allá afuera, donde se venden los productos necesarios para la subsistencia familiar y para las necesidades que todos los mexicanos tienen, también se redujeran los precios, entonces habría manera de defenderse, pero es al contrario, los precios suben, mientras los salarios bajan, sujetándose a una disposición oficial.

Y no iremos muy lejos, pues ya se avizora un nuevo gasolinazo, que será, sin duda, el pretexto generalizado para el aumento de todos los productos y de todo el costo de la propia vida.

¿A dónde vamos a parar?

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TODOS AQUELLOS QUE se andan peleando por una chamba en el próximo gobierno estatal, ni crean que ganarán mucho, pues las disposiciones federales serán aplicadas en la propia administración estatal, donde el Gobernador electo, ya ha estado tomando los apuntes necesarios para ajustar todos los sueldos de los servidores públicos.

Si muchos están renunciando desde ahora, es porque ya saben como viene la rasuradora, de tal manera, que quienes buscan un puesto en el Gobierno, tendrán que sujetarse, como bien se sabe, a la famosa austeridad republicana, por lo que sus sueldos ya no serán los que hasta ahora están fijados todavía, sino que tendrán que ganar menos y con este panorama es casi seguro que pocos quieran continuar en la búsqueda de una posición política de esta naturaleza.

Es cierto, el futuro Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, también se fijará un sueldo adecuado, es decir, cuidando que no rebase el de su jefe político, pero los demás funcionarios tendrán que hacer lo mismo, aunque como ya comentamos, poco importa a quienes manejarán recursos públicos y que no tendrán mayor problema para completar su sueldo, quizá, hasta mayor al que ganará el Presidente de la República.

Tal vez, esa sea la idea que traen algunos políticos que buscan incrustarse en la próxima administración, porque de no ser así, sin tener que manejar presupuesto, pues de plano ni la lucha le harán para conseguir un posición gubernamental.

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RESULTA QUE EL dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Américo Zúñiga Martínez, había declarado que su salida estaba programada para este mes de noviembre, pero resulta que las nuevas instrucciones del altiplano, es decir, de la dirigencia nacional, son en el sentido de que aguante hasta el mes de abril, con la finalidad de no caer en aceleramientos políticos que pudieran afectar los programas y planes que se tienen para buscar el fortalecimiento de esta instituto político.

Así es que Américo Zúñiga Martínez, continuará por un tiempo más en esta posición en espera de que haya luz verde para dejar el puesto, pues se tiene entendido que a partir del mes que hemos señalado, se procederá a la renovación de los cuadros tricolores.

Se tiene entendido que el PRI, no está muerto, como muchos lo han manejado, sino sencillamente que la militancia está en espera de que haya una voz de arranque para las actividades operativas que van a llegar hasta todos los rincones de la entidad, en una gran cruzada que se está estratégicamente diseñando para logra resultados positivos.

Alguna vez, lo comentamos aquí mismo, los priistas son muchos todavía y podrían dar la sorpresa. Solo es cuestión de tiempo.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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