*El rio no se preocupa del puente, discurre a su lado. Camelot.

LOS PUENTES DE YUNES

Miguel Ángel Yunes cierra a tambor batiente su administración de dos años, de los setecientos y pico de días que marcó en su calendario de gobernador de Veracruz. Un sueño que se habrá hecho realidad, desde que en su infancia-juventud de Soledad de Doblado quizá pensaba que ese asiento que, aunque solo es un taburete de madera forrado de seda, según expresión del gran Napoleón, ese asiento de gobernador es algo que ninguna tarjeta puede comprar, solo la dicha de andar en la política y esperar los votos de los paisanos. Llegó, desafortunadamente para muchos, que le reconocen su trabajo, llegó solo a gobernar dos años, cuando era necesario para los seis, el sexenio que se da en la mayoría. Pero gobernó muy a su manera. Sin descanso, a la intemperie, con lluvias y soles ardientes, con días y noches donde le robaba a las horas algo del sueño necesario, porque desde las cinco y pico ya se ejercitaba, para aguantar la friega que es andar por la geografía veracruzana. Llegó y puso orden donde estaba todo muy desordenado. Jamás un gobernador encontró un estado tan desecho, con un gobernador en fuga, con finanzas rotas, quebradas por los manirrotos, con la inseguridad a flor de piel, sin obras públicas y solo con un poco de aliento y esperanza, pero el nativo de Soledad no se arredró. Ocupó el primer año para acomodar las fichas y para hacer el guardadito, muy a la Acosta Lagunes, y a la mitad del primer año comenzaron las buenas obras. Dos de ellas las entregó esta semana, el Puente El Ojite, que vino a dar seguridad y tranquilidad a los pobladores de Álamo-Tuxpan, y sus fotos aéreas se ven impresionantes, un puente que les dio nuevas vías para su comercio y para que las cosas que Veracruz produce, salgan volando, ya no por panga, como se estilaba desde hace 500 años, cuando los conquistadores, según relata Bernal Díaz del Castillo, llegaron y tuvieron que hacer sus balsas para cruzar nuestros caudalosos ríos. Ese fue uno que logró el reconocimiento de la población. Me cuenta un Garganta Profunda, que cuando lo entregaba entre la raza asistente hubo alguno que le gritó que lo quería de presidente, para relevar al Peje, ahora que terminen sus seis años amorosos y de incertidumbre (Ay, como es cruel la incertidumbre, cantaría Javier Solís).

EL OTRO PUENTE (TAMACA-NUEVO VERACRUZ)

El otro tramo del puente, uno nuevo y bien perrón, de seis carriles, lo inauguró apenas hace un par de días, el llamado Tamaca-Nuevo Veracruz, por el rumbo de Tamsa, donde ahí presente, el funcionario originario de Tierra Blanca, Gerardo Cárdenas, hijo de mujer periodista de Crónica Tierra Blanca, la gran María Elena Hernández, se comprometió a que si Yunes hacia el primero, la poderosa empresa tubera y de aceros, hacia el segundo, o sea que ese tramo va a quedar como una verdadera autopista de seis carriles. Donde el gobernador anunciaba que cruzaban 78 mil autos diarios. Aún no lo conozco, ninguno de los dos, porque a Álamo ya no voy a nada, iba antes cuando se iba a Mc Allen por esas tierras al shopping, pero ya hay aviones que vuelan seguros, como el Viva Autobús, y ni modo de ir por tierra, además, bien barato. Yunes compitió contra el presidente Peña Nieto, que estos días se dedicó a inaugurar las últimas obras carreteras de su gobierno federal, la única diferencia es que Yunes ahí presentó a los contratistas, que son veracruzanos de nacimiento y de vida, y Peña tenia al lado al innombrable, Gerardo Ruiz Esparza, un tipo cínico y habilón. Fuera de eso, la del Nuevo Veracruz es una vía impresionante, al ver el relato y la inauguración por Facebook se me antojó ahora recorrerla, en próximo viaje a Xalapa por ahí me regreso, el rumbo del aeropuerto. Obras son amores, y ahí están.

EL YUNES DE SIEMPRE

En sus dos años de gobierno, solo estuve un par de veces con el gobernador. Bueno, tres, una con los colegas de la Ceapp, cuando nos fuimos a presentar y le vi poderoso en la oficina de palacio de gobierno, bajo el señero retrato de Benito Juárez. Otras dos cuando vino a Orizaba a dos actos, uno de Seguridad y el otro de los Tecnológicos. En ambos mostraba el trabajo eficiente de su gobierno, aquí vino a reconocer la labor de la policía municipal donde, poco tiempo después, seis policías violaron los protocolos de ética y crearon una mancha en ese cuerpo policiaco. Con los tecnológicos, le aplaudieron con un gran reconocimiento a los apoyos que brindó a ese estudiantado. Se le va a extrañar. Siempre he escrito que era un gobernador para seis años, pero quiso el calendario constitucional electoral que solo le tocaran dos. Andará, sin duda, hasta el último minuto de ese día que le toca gobernar, entregando obras. Quién sabe que le depare el destino, tiene buena imagen con su partido, el PAN, y aunque se perdieron las elecciones en casi todo el país, por el tsunami ya conocido, siempre hay esperanzas para los políticos. Ninguno se baja del tren del servicio público. Es cierto, como decía el presidente Aznar, que es más fácil llegar al poder que entregarlo, pero Miguel Ángel Yunes Linares se preparó, desde hace muchos años, para tomarlo y entregarlo. Que tengas buenos caminos, querido gobernador, y un gran abrazo desde estas líneas, Miguel.

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