La vida es de ciclos en general; desde las edades, los estudios, el estado civil, las familias, la cultura, el clima, los viajes, los gustos, el trabajo y demás están marcados por ciclos. Después de un periodo en o de algo viene otro, hay subidas y bajadas, triunfos y derrotas, amores y desamores, salud y enfermedad, fortaleza y debilidad, pero siempre la vida sigue… hasta la muerte. No hay ideología (o seudo), ni crisis que cambie eso o impida el reinicio, la luz y la recomposición. Con voluntad y optimismo se puede casi todo. Lo que empieza termina, hay que tomarlo con naturalidad, guardar lo aprendido y llevar al recuerdo solo lo positivo para que valga la pena cargar algo.

Concluyo una etapa profesional en la Secretaría de Educación de Veracruz, donde tuve el privilegio de ser Subsecretario de Desarrollo Educativo. Sólo fueron dos años pero bastaron para reenamorarme de la Educación en una experiencia fascinante de trabajo con el profesorado, estudiantes y la comunidad de madres y padres de familia. Debo agradecer al gobernador Yunes, su nombramiento. Fue un acto generoso y de confianza al que me esmeré en corresponder con trabajo intenso y profesional, incluyente y abierto. Su trato fue absolutamente pulcro y respetuoso. En esta labor hubo un equipo que se distinguió por su diversidad y alto sentido del compromiso educativo. Los directores y coordinadores, en austeridad extrema, hicieron lo planeado más lo extra que les dictó su conciencia y empeño de ser mejores y cumplir con las tareas encomendadas. Solo expresiones de agradecimiento puedo tener para servidores públicos de tan alta calidad. En la integración de este equipo de trabajo no hubo recomendaciones partidistas ni de autoridad superior, los criterios empleados tuvieron que ver con su buena fama y la competencia esperada. Incluyo en mi consideración y respeto a todo el personal de la Subsecretaria. Llegamos con las manos limpias, nos vamos con las manos limpias y la satisfacción del deber cumplido.

Es más claro ahora para mí que los servidores públicos somos eso, funcionarios al servicio de la sociedad; que debemos cuidar los bienes y recursos públicos con los que se sostienen nuestras actividades. Esta experiencia es bastante rica en una austeridad extrema que nunca impidió el cumplimiento del deber; no hay victimismo alguno, son las circunstancias que nos tocaron y heredamos, aunque enfrentadas con seriedad y convicción. También es claro que somos pasajeros, que nuestro papel es temporal y que las instituciones no solo permanecen sino que exigen renovarse permanentemente. No hubo manoseo faccioso en nuestra labor como tampoco existió en la política educativa desarrollada en esta breve administración. Ahí está una prueba de que es posible aplicar políticas con visión de largo plazo sin forzar y degradar con tonos y consignas partidistas. Hasta el último segundo mantuve una actitud plenamente institucional, sujeto a los lineamientos normativos de esta Administración.

Cumplida esta honrosa y estimulante responsabilidad hay que seguir caminando por la vida. Habrá que retomar la labor social y política, habrá que retomar el trabajo profesional de siempre. Sin coaliciones y sin partido queda la condición ciudadana e independiente. Tengo más de catorce años de no ocupar algún cargo partidario y no pretendo incursionar en ninguna sigla de partido, salvo para elecciones. No pienso ser oposición en ningún nivel, mucho menos en lo Estatal y Federal. Nuestro país tiene una nueva configuración del poder político por mandato ciudadano. Hay que dar la oportunidad a quienes obtuvieron la mayoría de que implementen su proyecto y lo pongan a prueba, además estar pendientes de que la sociedad civil no se achique ni se desorganice, es la garantía de la evolución democrática de México. Soy de los que piensan qué hay que bajarle a la polarización y contribuir con opiniones informadas y críticas constructivas a la buena marcha de nuestro país.

Recadito: reafirmo que voy a ser candidato en la próxima elección municipal de Xalapa.

ufa.1959@nullgmail.com