El nuevo director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), Gerardo Ferrando Bravo, dijo que se busca el consentimiento de los tenedores de bonos del nuevo aeropuerto en Texcoco, para que esos recursos se puedan usar en un aeropuerto en otro lugar.
El funcionario señaló que el primer paso es el financiero: para financiar Texcoco se hicieron emisiones de bonos por seis mil millones de dólares y en ellas hay una serie de condiciones que señalan que los recursos se aplicarían al nuevo aeropuerto en Texcoco.
Entonces, explicó en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui, “lo primero que se requiere es un consentimiento de los tenedores de bonos, de que esos recursos se podrán usar para un nuevo aeropuerto en otro lugar”.
Destacó además que en una reunión ayer el Consejo de Administración, donde también recibió el nombramiento como director del grupo aeroportuario, se le pidió hacer la evaluación del programa operativo del aeropuerto.
En ese programa ya hay una serie de diferencias entre lo planteado y la realidad, destacó Ferrando Bravo, entre las cuales destaca que el aeropuerto se terminaría en 2020, pero en la realidad tomará más tiempo, y en el costo también hay un aumento.
“Todos esos elementos los tengo que preparar para presentar al consejo en la próxima reunión” la cual estimó se lleve a cabo en tres semanas o un mes, con todas las razones que fundamenten la posibilidad de que el consejo le instruya para suspender las obras.
Asimismo, apuntó que se tiene la inquietud de por qué en un proyecto que no se va a llevar a cabo continúa el gasto en las obras, sin embargo, aclaró que son necesarias para darle unidad a la construcción que está en desarrollo.
Por ejemplo, explicó que la loza de 34 hectáreas de concreto, con metro y medio de espesor, es necesario concluirla, de lo contrario podría tener movimientos diferenciales y se cuartearía, por lo que “sería una inversión enorme que se echaría a perder.”
De igual forma, comentó que el agua es otro un tema delicado, ya sea en temporada de lluvias o en una época seca, en donde es necesario una red de drenaje para que la loza de concreto se inunde, por lo que dicha red ya está en proceso.
“Tras un análisis con especialistas, la conclusión fue que se va a mantener la loza y hay que continuarla. No es un gasto inútil, sino inversión para preservar lo que hoy tenemos como avance de lo que hubiera sido el aeropuerto”.
Aclaró que en su momento el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que se retomaría el viejo proyecto del rescate de la zona, para “dejarle un respiro al valle de México y a la ciudad, de no seguir creciendo”.
“Hoy lo que se quiere es el rescate de la zona y para estas lozas se piensa un uso recreativo, deportivo o cultural, ya se tiene esa inversión, aprovechémosla de la mejor manera”, apuntó el director del grupo Aeroportuario.