*En la mitología griega, si ustedes se acuerdan, Narciso, que acabaría dando nombre a una patología, era un tipo que rechazaba a todas las mujeres porque estaba enamorado de sí mismo. Un día contemplándose en las aguas de una fuente, se acercó tanto a su propio rostro, quizá para besarse en la boca, que se ahogó. Juan José Millas. Camelot.

LOS NIÑOS SACRIFICADOS

Todos nos acordamos de aquella escena de un niño sirio ahogado en Turquía. Esa foto que ganó un premio mundial. Con su cuerpecito inerte, tirado boca abajo en esa arena de ese mar que le quitó la vida, con una camiseta y un short y sus zapatitos tenis modestos, el mundo vio asombrado y dolido esa escena. Aylan, de dos años, enlutó al mundo y dejó desprotegidos a los niños que huyen delas guerras o de las pobrezas de sus pueblos, buscando un sitio donde a sus padres les den alimento y trabajo y techo; a ellos, escuelas, cuando las Naciones Unidas así lo señalan. Mueren muchísimos en el mundo, cuando los padres se atreven a cruzar los mares. Ocurre en todas las fronteras. De Venezuela han huido por el gorila Maduro, un mal amigo de AMLO, que debía escoger sus amistades el presidente de la 4T. De Turquía, de Euro áfrica, toda Europa se ve invadida de miles de ellos que llegan pidiendo ayuda y buscando mejores condiciones de vida. Algunas veces lo logran, es la desigualdad que hay en el mundo, donde hay países con suficientes recursos para dar de comer a los suyos, y otros sin nada de eso. Toco el tema porque en nuestra frontera, una niña de 7 años, Jakeline Caal Maquin, migrante guatemalteca, por el odio de Trump a todos quienes cruzan sus fronteras, dio la orden de separar a los niños menores de sus padres, y llegan y los arrumban en algún sitio de cárcel y no tienen cuidado de ellos ni de su salud, ni de que son menores de edad y debía haber gente como de guarderías, asistiéndolos y cuidándolos, vamos, no tienen perdón de Dios, y si poca madre, los carceleros de la Migra. La niña se les murió, porque llevaba un cuadro fuerte de deshidratación y no había probado alimento unos días. Con todo y que usaron un helicóptero para llevarla al hospital, ya no pudo ser revivida. Cuando un niño muere tratando de encontrar una mejor condición de vida, llevados de las manos de sus padres, muere algo de cada uno de nosotros, sin duda. Son angelitos que quizá lleguen con Dios y le digan: “Mira, diosito, cómo están las cosas allá abajo”.

DOÑA BURRA

Cuando te equivocas es muy fácil ahora decir que eso fue un “Fake news”, hay que echarle la culpa a las redes sociales de todas las angustias y todos los quebrantos, más cuando eres funcionario público o funcionaria. Sucede que doña Irma Eréndira, que es titular de la SFP, tiró una proclama que ni Juárez se hubiera atrevido. Dijo que “los salarios del sector privado debían ajustarse a la austeridad del gobierno federal”. Y las carcajadas de los empresarios se escucharon hasta en el rancho de AMLO, La chingada. En el noticiero de Ciro Gómez Leyva, David Páramo, el economista comentarista, la tundió, le dijo lo menos que era una burra, que alguien le regalara un libro de economía para principiantes, de esos que traen dibujitos o manzanitas para entenderla. El sector empresarial ni caso le hizo, ahora ella dice que eso fue Fake News, cuando muchos la escucharon en los noticieros el día que soltó esa perla terrible.

LA TERRIBLE FINAL (AMERICA-CRUZ AZUL)

En la semana nos ocurrieron dos decepciones deportivas, la primera fue la del Canelo, que le echaron al ring un bulto del tamaño del Madison Square Garden, luego los dos juegos América-Cruz Azul, que no fueron dignos rivales de final. El primer juego en un soponcio, más aburrido que ir a un entierro. El segundo, el decisivo tuvo un primer mal tiempo por ahí, parecería que no eran dignos ninguno de los dos de estar en esa final. Cruz Azul no sabe ganar, un entrenador dijo alguna vez que ‘una final no se juega, se gana’, estos, cargando su maldición de 21 años de no coronarse, aun llegando campeones como esta ocasión que lideraron el primer lugar, la punta, pues, se desinflaron, les entró el Síndrome del engentamiento, y nomás no supieron cómo hacerle. América tampoco gozó de gran cosa, aprovechó primero un error y metió el gol y ya cayó el otro luego para despedir a esos cementeros. Tardaron 21 años en confirmar la Maldición, pero deben aguantar vara (Fox dice), porque a los Boston, en el béisbol, les costó 86 años tirar la maldición de Babe Ruth. Hay tiempo aun.

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