“En la era de la interdependencia mundial, incluso un realista tiene que ser internacionalista”
Daniel Deudney ( Catedrático de Johns Hopkins University)
Del 1 de diciembre de 2018 a la fecha, México pervive un fuerte silencio, como un temor, o una esperanza que anida; no lo sabemos a ciencia cierta, pero está como cauteloso, lóbrego sobre viejos comportamientos de centralismo, que acuden al tiempo que reclama de nuevos latidos de esperanza.
Es cierto, que un cambio de régimen lleva tiempo y presenta impacto sobre los usos y costumbres, donde hasta el momento la superestructura( la familiar, el gobierno, los cuerpos mercantiles) no hacen eco sobre cómo se va a encausar dicha composición hacia la mejora y el crecimiento sostenido.
Se perciben sensaciones en estos días que no se terminan de entender, como es la planeación a lo largo del tiempo, o cómo vayan a poder materializar las esperanzas de forma concreta; soy el primero que hace votos y desea que los cambios que inician terminen por edificar un nuevo dique que represente las mejores causas sociales.
Hasta el momento el ambiente es dubitativo, el escepticismo parece ya hasta hallarse en el seno de quienes encabezan la 4T, el discurso proverbial y la euforia que ciñeron apenas hace un par de meses, hoy hacen un stop, para propios extraños, esto, ante un cúmulo de expresiones que no coinciden entre lo que se dijo en campaña y ahora se hace, como es el caso de la disminución del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) componente impositivo de alta relevancia en el precio de los combustibles, o el recorte al presupuesto al Sistema Nacional Anticorrupción, entre muchos casos más.
Por otro lado, la zozobra de mayoriteo en los legislativos, por encima del consenso, es otro aspecto que está generando pocos ánimos de inclusión social, sobre todo cuando el diálogo es el mayor activo con el que cuenta la democracia para establecer la eficiencia de los entes públicos, así como su pertinencia en la vinculación con el pueblo.
Incluyendo las diversas expresiones sociales, nuestra democracia podría dar un avance y llegar a ser una democracia social y no meramente de partidos o de candidatos. Lo anterior para echar al traste el actual contexto político, mismo que es complejo y volátil, con gran incertidumbre y polarización.
El desarrollo armónico, considero que solo se podrá alcanzar, más allá de la técnica económica, cuando el México polarizado se libere de las dos fuerzas en las que se encuentra atado: el enojo contra quienes han gobernado mal y el temor ante los que acaban de ser elegidos.
Dicha espiral deseada, nos permitiría dictar pauta y dejar atrás la modernización fallida, ya que el camino lo tenemos por delante, pero este no se dará si siguen los mismos patrones de exclusión y conflicto, más con aquellos que buscamos sumar y no tenemos más aspiración que servir al pueblo al que todos nos debemos.
En ese tenor, nos corresponde apurar, los temas públicos: la mejora de las condiciones para el emprendimiento, las estrategias de seguridad, la dotación de salud, la atracción de inversión extranjera, la eliminación de la corrupción, la migración, la meritocracia, la dignificación del salario como consecuencia de la producción, y la prudencia diplomática.
Cuando las anteriores condiciones se pongan en acción, nuestro país comenzará a tomar cuerpo y se fortificará para que las brechas de desigualdad y la pobreza sean cosas del pasado; de otra forma, los buenos deseos, eso serán.
Cierre: Quizás la sociedad mexicana no es tan austera como se cree.
Carlos Urzúa pidió confiar en que el Gobierno no llevará al país a una crisis… J. Javier Corral acusa de asistencialista el Presupuesto de 2019… Fitch dice que el presupuesto es realista, pero aún hay riesgos por políticas públicas… Moody’s opina que es preocupante que se privilegie a Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicano(PEMEX)…El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) reprocha recorte de 20.5% al campo.